Los partidos aprovechan
la baja intensidad política que marcan las vacaciones de invierno. Una parte de
la población con ingresos por encima de la media tiene otras prioridades en estos
tiempos. Aquellos que sufren el impacto de la situación económica manifiestan
malestar con todos los sectores. No es momento de interpelar a la sociedad. Por
eso cada organización se consagra a las cuestiones internas.
El oficialismo está ocupado en la conformación de las “Mesas
Locales” de JSRN. El equivalente a las Unidades Básicas del PJ o los Comités
del radicalismo. El novel partido de Gobierno demoró más de lo debido la
formalización. Hasta el momento lograron constituirlas en 23 localidades. Aspiran
a llegar a las 30 en las próximas dos semanas. Los matices territoriales inciden
notoriamente. La estructura estatal ordenará la falta de confluencias.
En Cipolletti se impuso un nombre que desembarca en Viedma
por estas horas, el flamante Secretario de Medios Rodrigo Buteler. Hubo casos
como el de Regina donde los legisladores Oscar Díaz y Silvia Morales apurados presentaron
la Mesa en el mes de mayo con ellos como presidente y vice respectivamente. Weretilneck
los desconoció ubicando a la ex candidata Marcela Ávila en la conducción.
En Viedma el Vicegobernador posicionó a Oscar Porro, su administrador
en la Legislatura. La idea inicial dejaba el segundo lugar para Silvia Laguardia,
una médica del sector de Facundo López. La interna en la capital provincial se
patentizó en este espacio. Nunca pudieron integrar la Mesa. El ex Frente Grande
le hace el vacío al pesattismo, todo el tiempo esquivó el convite para reunirse.
Por la misma sórdida reyerta, en General Conesa y Guardia
Mitre tampoco hubo movimientos aún. El circuito Valle Inferior recién resolverá
sus bemoles cuando decante la candidatura a Gobernador. Pesatti pugna por la nominación
principal, no se desgastará en contiendas estériles. En General Roca la Mesa
viene funcionando con un hombre de Di Giacomo a la cabeza. Recibió varias
visitas del precandidato Fabián Zgaib. En su nuevo rol de piloto se acercó a
ver como ajustan detalles en el motor para el probable debut.
En Cambiemos, tanto el PRO como el ARI transitan sendas
intervenciones. Intentarán plasmar autoridades provinciales para fin de año, ambos
tienen incipientes estructuras en la región. El socio mayoritario rionegrino es
el radicalismo. La UCR está en pleno proceso electoral, en 40 días
deben presentar las listas y los comicios fueron convocados para el 30 de septiembre.
Darío Berardi va por la reelección. En esta oportunidad lo
acompañará la diputada nacional Lorena Matzen, representante de la creciente
facción de mujeres denominadas “las boinas blancas”. El roquense Ariel
Bernatene tiene lugar asegurado. Un joven intendente será parte de la conducción
que negociará con el macrismo la distribución de los cargos puestos en juego en
el 2019.
Allí aparecen dos nombres: Silvana Pérez de Maquinchao y Mariano Lavín de Fernández Oro. Más allá de los amagues de José Luis Foulkes
confían en sellar una lista de “Unidad”. Como contrapartida no habrá discusión
por el comité de la ciudad capital. Las eternas dudas del jefe comunal
viedmense no le dan margen para una mejor negociación. Todos pretenden
posicionarse mejor para la largada.
El Partido Justicialista, la columna vertebral del FPV, también
está inmerso en un nuevo proceso interno. El 19 de agosto deberá elegir unos 90
congresales. General Roca pone en juego 11, Bariloche 10, Viedma 9. Más atrás
vienen Villa Regina con 5, Cipolletti con 4 y San Antonio con 3. El resto de
las localidades por cantidad de afiliados ostentan solamente 1 o 2 cargos.
Soria buscará “listas únicas” para refrendar el mensaje
emanado de la última reunión de Consejo Partidario. Las Unidades Básicas ya no
son un campo de disputa, pueden conformarse todas las deseadas si cumplen con
el ineludible requisito de los 125 avales de afiliados. Esa atomización servirá
para eludir elecciones internas que dejen heridas insalvables un año antes de
la verdadera batalla. El titular del PJ moldea la máquina a su antojo.
En el plano gremial el Gobierno sigue fogoneando la contienda
entre ATE y UPCN. La guerra se trasladó a la gestión del FOS, el Fondo de Obras
Sociales, que recauda las prestaciones realizadas a pacientes con cobertura en
los hospitales públicos. En el año 2017 los 37 nosocomios que dependen del
Ministerio de Salud recaudaron 126 millones de pesos.
En la semana ATE salió a denunciar que era administrado por UPCN como
“un maxikiosco”. La respuesta no se hizo esperar, Yazmín López aclaró
que la gestión la realizan los trabajadores de los hospitales y que los fondos
ingresan a cada uno de ellos para ser distribuidos en un 40 % entre los
trabajadores, el resto queda para el funcionamiento de cada Área Programa.
El Gobierno analiza tomar las riendas del FOS aduciendo los
3 años sin firma de convenio con UPCN. Recientemente el ministro Zgaib hizo
gestiones para que el PAMI le abone 50 millones de pesos a los hospitales.
Amarrado a esas diligencias se quedaría con el manejo del fondo. De este modo
los trabajadores percibirían el plus de la propia cartera sanitaria. Si finalmente
es candidato, se arrogará el gesto a los 7 mil hospitalarios y sus respectivas
familias.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo