Si bien en la faz deportiva se esta viviendo una de las mejores ediciones de la Regata Internacional del Río Negro, la parte organizativa estaría haciendo agua en algunas cuestiones básicas, lo que fue señalado por varios competidores, especialmente las damas que participan de la prueba.
El principal reclamo fue que en la gran mayoría de las etapas los lugares en los que se desarrolla la prueba no se contaba con baños habilitados por lo que los competidores, los equipos, el público y hasta los mismos integrantes tenían que hacer su necesidades a la intemperie. En el caso de arribos a campings se señaló que en la mayoría los baños disponibles era insuficientes o se encontraban en pésimas condiciones.
"Parece increíble que una prueba de estas características, que reúne a casi 250 deportistas de diferentes provincias y destacados deportistas de nivel mundial, la organización no se fija en estos detalles que hacen a la competencia", señaló un veterano palista y animador de la prueba. "Cuanto demandaría en la tremenda lógistica que tiene la prueba disponer de al menos media docena de baños químicos", se preguntó el deportista.
Cuando aún resuenan los reclamos del año anterior respecto a las falencias en los controles antidoping, también hubo críticas respecto algunas interpretaciones del comité organizador sobre el desarrollo de la prueba, y citaron como ejemplo el caso de un deportista que llegó al final de una etapa, pero no cruzo entre la boya y la embarcación de control, pero en vez de sobrecargarlo en sus tiempos tomaron el registró como si nada hubiera pasado. Lo que generó las quejas de varios palistas, ya que consideraron que ese tipo de decisiones son antireglamentarias.
22 octubre 2019
Interés General