La puesta en marcha ayer del nuevo programa de cobertura de
medicamentos de la obra social IPROSS, mostró las primeras falencias producto
de una puesta en marcha, quizás, demasiado apresurada. A la vista quedaron
mecanismos poco aceitados, preguntas sin respuesta para los afiliados, rechazo
de recetas, faltantes de opciones en las farmacias y médicos prescribiendo genéricos que ya no están en el vademécum.
Si bien se trató del primer día de funcionamiento del sistema, la inexplicable premura de las autoridades
del Instituto por poner en marcha el régimen sólo encuentra explicación en
las cuentas desfinanciadas de la obra social. No se entiende si no, la cantidad
de situaciones complejas que permitieron que vivan los usuarios, más allá de
las que se podían prever como normales ante cualquier cambio. Recordemos que
esta modalidad permitirá contener gastos al IPROSS.
En la práctica, a pesar del optimismo de las autoridades, las Delegaciones se vieron colmadas, más de lo habitual, ya
que los afiliados llegaban con recetas rechazadas o queriendo empadronarse como
“crónicos o especiales”.
Las farmacias tuvieron que rechazar muchas prescripciones, dado que varios médicos indicaron a sus pacientes productos que ahora no tienen cobertura en el vademécum actualizado. Por otro lado, algunos
medicamentos que poseen drogas combinadas no figuran así dentro del listado
autorizado oficialmente, por lo tanto los afiliados se vieron obligados a ver
nuevamente al profesional para que le cambien las recetas.
Ante tantas complicaciones, hubo gente que optó por abonar el medicamento sin el descuento por la obra social y
solucionar así la urgencia del momento.
Quienes además no pueden obviar el paso por las delegaciones, y entre ayer y hoy perdieron más de una hora en trámites, son los afiliados
categorizados como “crónicos”, para los cuales IPROSS dispuso un
empadronamiento obligatorio a fin de tener un listado propio y no seguir manejándose
con el antiguo que confeccionaban las farmacias.

29 diciembre 2025
Río Negro