Así como el oso pardo
se adaptó al ártico hace unos 600 millones de años con una hibridación de la
que derivó el oso polar, la política de nuestros días tardó menos de dos meses
en adaptarse a la situación de la
pandemia Coronavirus y comenzar a tener una normalidad que no ha tenido otra
actividad de la sociedad argentina, rionegrina y viedmense.
Tras la comunión
entre el presidente Alberto Fernández con el jefe de Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta el anterior fin de semana, el Frente de
Todos y Juntos por el Cambio repartieronse críticas en los últimos días con la
ex gobernadora bonerense María Eugenia Vidal en el fuego cruzado.
Sobre ese ejemplo
contextual en Río Negro hay “total normalidad” en cuanto al ejercicio de la
política. Aquí hay que separar ejercicio de la política más no de las
instituciones, ya que si bien se iniciaron reuniones de comisiones la Legislatura
rionegrina pasó otra semana sin una sesión plenaria.
No obstante, vale
decir también que hubo reuniones de comisiones que resultaron importantes. Pero
el centro de toda la polémica fue la nominación de Dolores Cardell en el
Tribunal de Cuentas provincial, el principal órgano de control del Gobierno
rionegrino. El Ejecutivo quiere que siga y el Frente de Todos considera que
debe abrirse el juego y elegir a otro integrante.
La gobernadora
Arabela Carreras envió los pliegos esta semana al parlamento provincial y
mientras el bloque del oficialismo argumenta la calidad profesional de Cardell,
desde la principal bancada de la oposición consideraron que “la Gobernadora
tenía la oportunidad histórica” de proceder mejor que “sus predecesores, pero
no lo hizo” y opinó que se debería abrir la chance a profesionales
independientes para evitar que el Tribunal de Cuentas sea un apéndice del
Gobierno. La muestra de ello la da la propia Cardell, quien fue funcionaria del
Ministerio de Gobierno durante una parte de la gestión de Alberto Weretilneck.
Si bien ya hubo otras
diferencias entre Ejecutivo y oposición esta tiene que ver puntualmente con una
estricta situación institucional y una discusión bien típica de otros momentos
sin pandemia.
Carreras se mostró
activa esta semana, con viajes y declaraciones. Se muestra públicamente y
parece cada vez más cómoda con la conformación de su real gabinete propio.
Siguen sonando nombres para recambios, pero mantiene la cautela: la economía,
el Coronavirus y su relación con Weretilneck son demasiados frentes para una
situación tan frágil.
La llegada de Deco a
Desarrollo Humano y de Sanguinetti a la Secretaría General, que se suman a
Vaisberg en Economía conforman en el Poder Ejecutivo un grupo chico con el que
la gobernadora se mueve mientras empiezan a verse distancias con algunos otros
funcionarios.
En Viedma la
reactivación del Concejo Deliberante le puso vida a la discusión política con
el Ejecutivo. La primera sesión ordinaria dejó dos cosas: la aprobación de
todos los DNU decididos por el intendente Pedro Pesatti en contexto de pandemia
y una lluvia de críticas por decisiones que después fueron marcha atrás. Además
los concejales de las cuatro fuerzas políticas de la oposición se muestran
unidos y dejan la sensación de que no solo prevalecen, sino que también dominan
el Concejo Deliberante ante una bancada oficialista opacada por sus pares e
ignorada por el Ejecutivo.
Mientras tanto en
Viedma desde esta semana hay permisos de salir a pasear y con la reapertura
comercial hay un mayor movimiento que se nota sobre todo en el centro donde,
como dijo Carlitos Tévez, “volvió todo a la normalidad”.
Los gremios en tanto
mantienen en vilo a las patronales estatales. Desde ATE y UPCN presionan para
un llamado a discutir salarios y también el gremio judicial SITRAJUR esta
semana denunció al secretario de Trabajo, Jorge Stopiello por interrumpir y no
volver a convocar a la paritaria pendiente.
La decisión de la
Secretaría de Trabajo de no convocar a ese encuentro no es en particular con SITRAJUR,
sino que se debe al contexto frágil y hasta que la gobernadora Carreras no de
la señal no habrá paritarias con nadie. Suponiendo que con la actividad de mayo
la recaudación de junio mejora un poco, recién con la recaudación de julio
podría empezar a vislumbrarse cierta posibilidad en un momento en que los
precios siguen para arriba y el humor de los trabajadores no es el mejor.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo