Arabela se reconcilió con Viedma

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La semana tuvo varios condimentos, pero la eyección de un funcionario (más) del Gobierno rionegrino y la presencia visible y continuada de la gobernadora, Arabela Carreras en Viedma se destacan entre otros hechos.

Esto último -la presencia de Carreras en Viedma- se suma además a la designación de un funcionario de la capital provincial en el área de Rentas. Sin dudas un cambio de mirada respecto de la ciudad cabecera de la Provincia. Un cambio estratégico.

Dos gestos, uno de autoridad y otro de concordia tuvo esta semana la gobernadora Arabela Carreras. Semanas atrás, con la “gaffe” del aumento de impuestos se había generado una situación tensa con funcionarios del Ministerio de Economía y en particular con los de la Agencia de Recaudación.

Es que mientras había funcionarios que alegaban ser meros técnicos, Carreras pagaba un alto costo político por los incrementos de patentes e impuesto inmobiliario.

En consecuencia el jueves la mandataria decidió desplazar a Leandro Sferco de la oficina de Rentas y designó el viernes a un viedmense: el contador Martín Kelly, quien se desempeñaba hasta estos días como administrador general en el IPROSS.

Las temperaturas altas del último enero parecen haber traído un deshielo  entre la gobernadora Arabela Carreras y el intendente capitalino, Pedro Pesatti. Juntos compartieron un acto público el martes, con la plantación de un sauce. Pero si ese solo dato ya era llamativo y con una valoración positiva fue todavía más significativa la presencia con actividades públicas de la mandataria durante cuatro días seguidos en Viedma, lo que parece ser en realidad la recuperación de una relación con la ciudad cabecera de la Provincia, tras una serie de diferencias que comenzaron allá por los primeros momentos de la gestión actual y que pudo leerse más tarde con la casi nula presencia de funcionarios viedmenses entre las primeras y segundas líneas del Gobierno.

Viedma es un intríngulis para muchos funcionarios y lo ha sido incluso para varios gobernadores, que se sienten mejor en otras localidades que en la siempre políticamente fervorosa capital.

Lo que parecía ser una actitud distante con Viedma se revirtió en tal caso, ya que ese mismo día la mandataria provincial estuvo en el hospital Zatti, donde no solo compartió un acto con el director nuevo, José Pacayut y el ministro de Salud, Fabián Zgaib sino que además recorrió el lugar y tomó contacto con los trabajadores con los que se iba encontrando en los pasillos. Sin dudas, un cambio de actitud muy notorio pero que ya se advirtió en otras localidades de la Provincia.

Ya empezado el año la mandataria retomó la discusión que dirime con los autoconvocados de la salud pública provincial, que reclamaban una recomposición salarial y que se blanqueen las sumas no remunerativas. Inicialmente el Gobierno había propuesto un plazo de cinco años para hacer ese traspaso, pero los trabajadores pidieron que se bajara ese plazo. Ahora la propia Gobernadora propone un cronograma progresivo con un plazo de 3 años.

La gobernadora valoró el “diálogo pleno” con el personal de Salud, resaltando que -actualmente- sus remuneraciones “están en quinto o en séptimo lugar -según el tipo de servicio- en el orden nacional”.

Los incendios en la zona de El Bolsón, el pedido del Frente de Todos para sesionar y que sea la Legislatura la que fije el tope de 36% para el impuesto automotor, la negativa de Juntos Somos Río Negro a sesionar para tratar esa iniciativa, la situación de los trabajadores golondrina en el Alto Valle, la marcha de la temporada turística en la costa y la necesidad de obras públicas son parte del resto de las preocupaciones que aquejan a la mandataria provincial por estos días.

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