“Estoy muy destrozado, no solamente por mi hijo, sino por una familia que conozco. Mi hijo hace un año y medio que viene consumiendo, he golpeado puertas, intenté mandarlo a un instituto. Que sí, que no, que hoy, que mañana, que la jueza de menores, que faltaba la firma y en realidad llegamos a lo que paso porque nadie me quiso atender”, remarcó Jorge, padre de Julio de 17 años, quien el viernes fue procesado por el juez Bernardi por la muerte del policía Andrés Lucanera.
“Quise golpear puertas y todos me decían: usted es el padre, tiene que hablarle. Yo hasta las 2 o 3 de la tarde podía hablar con él, después de esa hora era imposible hablar con él porque se iba para el barrio, cambiaba el genio, había mayores que lo llevaban a delinquir y lo mandaban de escudo”, reflejó el padre del menor de edad aludiendo al momento en que su hijo comenzaba a consumir y se perdía en los hábitos de la droga.
Pedido desesperado
Jorge contó que una semana antes del hecho que involucró a su hijo con Andrés Lucanera se dirigió a la Regional Primera para hablar con los jefes de la unidad. “Un fin de semana fui a la Regional a hablar con el Jefe y me atendió el subjefe a quien le pedí por favor que detengan a mi hijo, que lo hagan porque se iba a mandar cualquiera. O lo mataba la policía, o mataba a un policía o a cualquier otra persona, porque en realidad estaba muy avanzado en las drogas”, dijo y aseguró que ese encuentro fue el domingo a la noche y habían quedado en llamarlo el lunes. “Paso lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y el domingo, que pasó lo que pasó”.
“Parte de la Comunidad me está señalando con el dedo, el lunes después de la muerte del muchacho me agarraron cuatro personas que me quisieron pegar. Sé quiénes son, los conozco y no son tan hombres, porque cuando hice un ademan de agarrar algo de adentro de la camioneta dispararon. Estoy muy mal, pero no me voy a esconder ni irme de Viedma. Mi hijo va a pagar lo que hizo, me dijo –“yo viejo voy a pagar lo que hice, cuídate mucho y no te entregues”-, por eso voy a seguir luchando y esperar que dicen los jueces”, comentó Jorge.
Consultado por la situación procesal de su hijo y si había podido hablar con el juez Bernardi, comentó que “a mí no me vino a ver nadie, no me citó la jueza de menores, no vinieron los de promoción que dijeron que me iban a ayudar, que le iban a conseguir un taller, a dar una pasantía, a dar ropa, que lo iban a mandar a un colegio, nada, nadie me vino a ver y me extraña del doctor Bernardi, porque yo se lo entregue y le dije que –“acá está mi hijo” y no me llamó para nada. Por eso no sé nada”.
El momento de la entrega
Respecto al momento de la entrega del menor, el padre dijo que Bernardi se dirigió a su casa y ahí el padre se comprometió a entregárselo a él. “Yo le dije que se lo entregaba al juez, no a la policía, porque una semana antes vinieron policías pidiendo que entregue a Julio y les dije que era imposible en el estado en que estaba. Les dije que si al otro día me llamaba el juez yo se los entregaba, pero no me llamaron nunca más”.
Las drogas en Viedma
“Acá el problema es la pasta, no es las otras drogas de fumadores o consumidores de cocaína. El problema es la pasta, les quema las neuronas a los pibitos y después pasan las cosas que pasan”, comentó el padre de Julio, haciendo referencia a la situación que produce la pasta base en los jóvenes.
Jorge tiene ocho hijos, de los cuales uno sólo delinque y tiene problemas con las adicciones, según manifestó. Aclaró que dos de sus hijos mayores se fueron de Viedma por la situación de vergüenza que sintieron y también comentó que tiene tres hijos pequeños en etapa escolar, otro joven que ya es padre y una hija mayor de edad.
“A Luis, uno de los mayores lo están acusando de un robo en una panadería, pero ese día estaba conmigo a la mañana porque salimos a juntar fierros. Me llamo llorando que lo querían meter preso. Que esa situación la analice el doctor Bernardi y si fue que me llame para hablar con él, porque tengo que aclararle algunas cositas también, porque no quiero que tampoco le echen todas las culpas a mi hijo”, contó.
Dijo que su hijo va a pagar lo “grande que hizo, lo otro que lo paguen a medias. Hay una sola persona que tiene que pagar, que no tiene que amenazar a mi hijo y que se haga cargo de todo porque es menor, no, él va a pagar lo grande que hizo, lo otro que lo paguen a medias porque yo no me voy a quedar callado”, afirmó.
Disculpas a la familia Lucanera
“Personalmente quiero pedirles disculpas, a la mamá, la conozco hace muchos años, al pibe lo conozco casi que desde nació, conozco a las hermanas, he visto jugar al pibe y quiero pedirle muchas disculpas a la familia y a esos chiquititos que quedaron sin un padre. Nadie debe quitarle la vida a nadie, nadie debe violar, no hay ningún derecho ni carta blanca para matar a nadie ni violar”.
“A los chicos que están en el mismo lugar que mi hijo, que se cuiden, que piensen que cuando pasa algo así no es una familia destrozada, sino todas las familias”, comentó el padre del menor quien también remarcó que parte de la comunidad le golpeó la puerta para apoyarlo en este momento.
FUENTE: El Delitómetro
22 noviembre 2024
Viedma