Uriel (el cantautor uruguayo Jorge Drexler, en su debut como actor) es un cuarentón recién divorciado y padre de dos hijos preadolescentes, con una marcada tendencia a las obsesiones y las compulsiones.
Dentro de las primeras se cuentan su firme decisión de practicarse una vasectomía y su fijación con los albergues transitorios y hoteles en general. Dentro del segundo grupo pueden mencionarse el poker y la mentira, dos costumbres que parecen llevarse bien entre sí. Aunque en apariencia menos neurótica, Gloria también tiene lo suyo.
Con residencia en París, de novia desde hace años con un francés estreñido que ya ni le toca un pelo, y conmovida por la muerte de su papá, ella decide volver a Buenos Aires, donde la espera (es un decir) su madre, una intelectual pretenciosa, fría y dominante.
Uriel y Gloria salieron juntos años atrás y ella lo dejó por aburrimiento, por lo que suponía una falta de compromiso de parte de él. Pero el destino vuelve a cruzarlos en Rosario, a donde él fue a matar dos pájaros de un tiro: hacerse la operación y jugar un torneo de cartas profesional. Como en una suerte de versión concentrada del díptico del norteamericano Richard Linklater Antes del atardecer / Antes del amanecer, Uriel y Gloria caminarán por Rosario, volverán a conectarse, pero él no querrá confesar que sigue trabajando en la financiera que heredó de su padre y se inventará el rol de promotor artístico a cargo de reunir a la trova rosarina, con Baglietto, Garré, Goldín y Abonizio. Todo marchará bien hasta que el juego de la mentira se le vuelva imposible.
22 octubre 2019
Interés General