Recuperadores urbanos (cartoneros): un informe de la vida real

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Cuando a Juan “le sale una changuita más importante”, es Alejandra quien toma las riendas de la actividad con dos de sus hijos, Ayelén y Franco.
No importa el frío, ni el viento, ni las tormentas a la hora de trabajar. Cerca de las 18 horas, la familia prepara el carro y la moto, se abriga y, tan sólo con bolsas de polietileno en los bolsillos –para guardar el papel blanco que recuperan- sale a “cartonear”.
No es mucho lo que ganan, tan sólo 40 pesos por cada 100 kilos de cartón, que es el equivalente a un carro completo, lo que casi siempre logran juntar en un día.
“El papel blanco se paga más”, dice Alejandra pero aclara que “la contra que tiene es que no pesa casi nada”.
Los lunes, miércoles y viernes se ocupan de las calles paralelas al río. Los martes y jueves de las perpendiculares. Siempre entre Boulevares.
Ya conocen los horarios de cada uno de los comercios que depositan el excedente de cartón y papel en la vereda, como así también los contenedores en los que los vecinos son más prolijos y separan la basura orgánica de la inorgánica. De todos modos hacen diariamente todo el recorrido “por las dudas que aparezca algo”.
Alejandra y Juan venden su carga a uno de los acopiadores de Viedma y, sin darse cuenta quizás, están colaborando activamente con el cuidado del medio ambiente.
Además de enseñarnos a realizar su tarea mientras los entrevistábamos, nos dejaron su número de teléfono para que, quienes vayan a incorporar cartón y papel blanco a su basura, lo hagan en bolsa aparte y los llamen para retirarlos a domicilio.
Alejandra y Juan: 2920  15 533758.

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