El oficialismo provincial comenzó a develar su estrategia
de cara al año electoral. Sin bemoles exhiben aspiraciones desterrando flamantes
instrumentos antes de ponerlos en práctica. El principal aliado de este tiempo
asestó un logro impensado. En Cambiemos salió a la luz falta de liderazgo. La semana
expuso tres posicionamientos distintos con respecto al principal tema de
agenda. El FPV debe incorporar otros actores al ring para no perder la
iniciativa.
A 30 días de navidad, momento donde se bajará la persiana
del 2018, el gobierno anuló las PASO. El argumento formal es válido, no hay
contendientes dentro de las principales fuerzas provinciales. Adoptaron el
discurso del macrismo a nivel nacional que imputaba “un gasto innecesario” a las
Primarias. Se descartó un elemento democratizador, revitalizando viejas
estructuras de poder partidario.
Eliminado este mecanismo de definición de candidaturas, cobra fuerza el factor sorpresa que ostenta el Ejecutivo para designar la fecha
de elecciones de forma arbitraria. Con las PASO se iba a conocer 180 días antes
el día de la compulsa a Gobernador. Ahora sin las Primarias apenas habrá 3
meses entre la firma del decreto y la madre de todas las batallas.
Weretilneck cedió a la pretensión de Rodolfo Aguiar para
cerrar el año ubicado en el centro de escena. El mandatario transita una etapa
de “enamoramiento” con el dirigente sindical. El titular de ATE corona su gestión
protagonizando un “pase a planta permanente”, en el pasado esos hechos eran absoluta
potestad de UPCN. Ambos explotan al máximo la oportunidad, profetizando sobre
la mentada “paz social”.
Uno ostenta crecimiento para recalar en la cúspide
nacional de su gremio. Ya abrió el paraguas a la promocionada incursión política partidaria,
no tendrá tiempo para radicar Unidad Popular en Río Negro. El otro vio potenciales
sufragios prometiendo estabilidad a 2800 familias para cuando esté finalizado
su mandato. Fiel a su estilo vendió un pasaje a la luna, se votará mucho antes
de comenzar a instrumentar el “pase”. Buscó una reacción negativa de la oposición
que nunca llegó.
Cambiemos exteriorizó esta semana su triste realidad. El
macrismo intentó presentarse como lo nuevo aunque cada día esboza las prácticas
más antiguas de la política. Cada partido juega un rol distinto con respecto a
la posible re reelección. Sergio Wisky es el más distante a un entendimiento
con JSRN, pero nunca pudo erigirse en líder de la coalición.
La debilidad expresada en el armado formal del PRO,
erosionó el respeto de las otras fuerzas. Su amarre a la Casa Rosada no le
alcanza para imponerse. En tres años no pudo construir territorialmente. Su anclaje
representa una veintena de cargos nacionales desperdigados en las cuatro
grandes ciudades. Algunos intendentes han hecho un esfuerzo para referenciarse con
su figura sin grandes resultados a la vista. Más allá de lo discursivo ha
gestionado poco para Río Negro.
A Lorena Matzen el “estilo PRO” le hizo perder la paciencia, aprovechará esta
instancia para seguir instalando su nombre. Si es necesario será candidata, se
siente cómoda recorriendo las distintas regiones. Buena parte del radicalismo
no le cierra la puerta a la re reelección de Weretilneck. La diputada evitó
expresarse con contundencia. La UCR Confía en ser más valorada en el 2019. Sus jefes comunales mantienen una cordial relación
con el mandatario provincial.
La estrategia de una elección a gobernador abriendo el
calendario, sin brindar servicio electoral a los municipios en esa misma fecha,
los limita a todos. No hay ningún dirigente de Cambiemos, en el orden provincial
ni en el nacional, con el nivel de consideración que ostenta Weretilneck en sus
pueblos. De mínima la arremetida los condiciona.
Además JSRN cuenta con aliados dentro de Cambiemos. Hoy
asumen las flamantes autoridades del partido de “Lilita” Carrió en Villa
Regina. Jorge Ocampos es el nuevo presidente de la Coalición Cívica, actúa prácticamente
como legislador de JSRN. Ha acompañado todas las iniciativas en la Legislatura.
El viernes avaló una nueva postulación del cipoleño.
En el Frente para la Victoria son pocas las voces rechazando
las políticas provinciales. Hay pleno consenso en castigar al macrismo. Solo los
cercanos a Soria emparentan al gobernador con el presidente. Eso no alcanza
para contrarrestar la maquinaria comunicacional expuesta por el oficialismo en
los últimos meses.
Deben sumarse otros actores al debate público político. Los
intendentes rindieron pleitesía a Soria en Sierra Colorada, luego de aquel
conclave poco aportaron. En general han sorteado las controversias, refugiándose
en sus terruños. No se manifestaron con respecto a disidencias internas, tampoco cuestionan acciones del gobierno provincial que fueron en su detrimento.
Una de las últimas se conoció esta semana cuando se hizo público
el nuevo plan alimentario rionegrino. Quedan con nula injerencia los
municipios. Lo administrará plenamente el ministerio de Desarrollo Social,
entregando tarjetas con una carga mensual de mil pesos. Los listados los
armarán “ejecutores” del oficialismo, similares a los antiguos “promotores del Comer
en Familia”.
Para igualar aquel añejo plan de la debacle radical adquirieron miles de módulos alimentarios por millones de pesos. La arbitrariedad
en el armado de los listados de beneficiarios y en la entrega de alimentos será
el signo del año electoral. Los intendentes anoticiados de la puesta en marcha
de este mecanismo mantienen un llamativo silencio. Soria observa cómo
esquivan el barro. Su impronta demanda mayor devoción a la
confrontación.
23 febrero 2024
Palabra de Domingo