Opinión: *Asociación de Jubilados de Río Negro
En un alarde de imaginación el Gobierno Nacional ha puesto en marcha una medida en el marco de lo que podríamos llamar “estamos en campaña”.
Así como en el pasado resolvió jubilar sin aportes ni antigüedad a más de 3,5 millones de argentinos mayores, dándoles un subsidio o jubilación mínima que no llega a la mitad de la canasta familiar de los jubilados, hoy pergeña reconocer a un grupo de mujeres, a quienes les faltan aportes para jubilarse, entre uno y tres años de aportes por cada hijo para cubrir esa falta. Como todo lo relacionado con la ANSES y sus aprovechamientos, tiene alto impacto electoral y visión de corto plazo.
En la Asociación Jubilados de Río Negro nos hicimos dos preguntas: a) ¿Está bien ayudar a las personas que no llegan a jubilarse o reconocer que criar hijos es un trabajo? b) ¿De qué partida va a salir ese subsidio?
La primera tiene fácil respuesta, ya que son muchos los necesitados y cada vez más los pobres en la Argentina, en consecuencia una política pública como paliativo debe ser bienvenida, aunque sea camuflada en una idea “progre”, con la aclaración de que el combate a la desocupación y la pobreza no pasa por los subsidios/planes, etc, sino por políticas de desarrollo y generación de empleo, cosa que parece de largo plazo y no encaja en las estrategias electorales.
La segunda pregunta es más difícil su respuesta, porque el presupuesto del año 2021 no contemplaba la idea en análisis. Fue una ocurrencia de las usinas de campaña, que se sabe, entran a funcionar cerca de la fecha de los comicios. Qué tememos que va a pasar?
Una vez más echarán mano a los fondos de la ANSES. Como en cada programa que se les ocurre, “cunita”, computadora, préstamos orientados, etc, etc. Pero ocurre que en el tiempo transcurrido desde los cambios en la Ley de Movilidad Previsional los ingresos de los jubilados han perdido el 30% y el argumento permanente para justificar el ajuste es: NO ALCANZA LA PLATA, de modo que los jubilados pagamos el pato.
Como tememos que se aplique el facilismo -los jubilados tenemos baja capacidad de reacción– y se use el recurso de “desvestir a un santo para vestir a otro”, es que exigimos que en la sanción presunta de la ley, se establezca claramente el origen de los fondos que van a nutrir de forma permanente ese plus que va a necesitar el ANSES y que no sea de los actuales fondos que ya no alcanzan para cubrir el alza del costo de vida.
16 noviembre 2024
Opinion