De un proceso de mediación
participaron tres hermanos y su madre, una mujer adulta mayor que vivía con una
de sus hijas quien se dedicaba casi de forma exclusiva de su cuidado. Todos se
escucharon, entendieron las necesidades de su mamá y acordaron una modalidad de
cuidado más compartida. La defensa pública de mediación asesoró a las partes.
En un primer momento el
reclamo fue por cuestiones económicas, encasillado bajo la figura de
“alimentos” e iniciado por una de las hijas quien se encargaba en mayor medida
del cuidado de su madre.
En principio fueron
convocados a la sede del Centro Integral de Métodos Autocompositivos de Resolución
de Conflictos, los tres hermanos pero gracias al trabajo facilitador de los
operadores judiciales se pudo incorporar también a su mamá para que participe a
través de una llamada telefónica. Allí pudieron escucharse, intercambiar
posiciones y descubrir el verdadero trasfondo de la situación.
Es que una de las hijas
realizaba todas las tareas de cuidado de su madre y además afrontaba los gastos
del sustento de la misma. En cuanto a lo familiar, extrañaba a sus otros hijos
y quería compartir más tiempo con ellos.
Los otros tres hermanos
comprendieron la situación y si bien explicaron que por momentos les costaba
mantener el vínculo con su madre por una aparente actitud confrontativa de su
hermana para con ellos, pudieron dejar sus diferencias de lado y avanzar en
propuestas para mejorar la calidad de vida de su mamá.
El caso fue encaminado hacia
la figura del cuidado personal y se acordó un régimen de cuidados compartidos.
Aunque su hija estuvo de acuerdo con continuar con las tareas principales, los
demás no sólo la visitarán, sino que también deberán compartir tareas de
cuidado y tiempo con ella en otros espacios que pueden ser sus propias casas
familiares u otros .
De esta forma, todos
estuvieron de acuerdo en abandonar las pretensiones culminando el conflicto en
esta etapa prejudicial.
La Procuración General y
Superior Tribunal de Justicia han avanzado e invertido numerosos recursos para
reforzar los equipos de trabajo que abordan temáticas de métodos
autocompositivos de resolución de conflictos. Así, en la provincia se
designaron defensores y defensoras adjuntas exclusivas para intervenir ante los
CIMARCs y defensores y defensoras que coordinen el trabajo de esos equipos.
En su experiencia señalan
que en ocasiones los espacios de mediación sirven para detectar el verdadero
interés que las partes buscan resolver, más allá de la pretensión inicial que a
veces no coincide plenamente con la mejor solución al caso. Un ejemplo es el
anterior que comenzó con un reclamo económico por alimentos, pero culminó con
una solución que mejoró notablemente la dinámica familiar.
27 noviembre 2024
Judiciales