Una clínica y un anestesista fueron condenados por violencia obstétrica perpetrada durante una cesárea. Después de más de 40 horas de trabajo de parto, en la madrugada y ya en el quirófano, el profesional le reprochó a la mamá por "la hora" de la intervención.
El centro médico tuvo una actitud de obstrucción del proceso. Además de pagar una multa, el nosocomio deberá organizar una capacitación sobre la ley de parto humanizado, y el anestesista está obligado a participar.
La mujer
transitó un embarazo normal. Después de más de 40 horas de trabajo
de parto, le propusieron hacer una cesárea. Antes habían intentado
otras alternativas. La mamá aceptó "por el cansancio físico
que estaba teniendo y por el peligro para su hijo, más allá de que
no estuviera dentro de su proyecto y deseo personal", según el
expediente.
Al entrar al
quirófano, saludó y casi todo el personal retribuyó el gesto de
manera amable, salvo el anestesista. Con un modo brusco, le reprochó
"la hora" en la que había decidido someterse a la cesárea.
"Te pido disculpas por molestarte a esta hora, pero yo no decido
cuándo no voy a poder más. Hace 40 horas que estoy tratando de
parir a mi bebé y no puedo", dijo la mamá. "Bueno, bueno,
dale, terminemos con esto", le respondió el anestesista.
Al confirmar el fallo inicial, la Cámara concluyó que “la gravedad de la situación excede de una mera falta de empatía del médico, quien desde la indolencia prefirió exteriorizar su malestar por la hora en la que era requerida su intervención, priorizando su contrariedad por sobre el desgaste emocional, los nervios, la tensión, el temor ante la posibilidad de distintos desenlaces de la denunciante, quien para ese entonces transitaba ya 40 horas de dolorosa y desgastante lucha en pos de concretar el parto de manera natural”.
24 noviembre 2024
Judiciales