Tras cinco décadas, una mujer de Viedma finalmente ha podido conocer la identidad de su padre biológico gracias a pruebas de ADN. Sin embargo, pese a este revelador descubrimiento, decidió mantener el apellido de su padre afín, con el que ha sido reconocida socialmente durante toda su vida. La búsqueda de la verdad sobre su origen comenzó después de la muerte de su madre, padre biológico y padre afín.
En su reclamo legal, la mujer explicó que aunque su acta de nacimiento registra el reconocimiento de paternidad por parte de la pareja de su madre, en realidad este no era su padre biológico. Tras la muerte de ambos padres, se puso en contacto con una hermana del hombre que sospechaba que era su progenitor biológico. Tras realizar pruebas de ADN de forma privada, que arrojaron una compatibilidad del 99,99%, inició una demanda de filiación, solicitando al mismo tiempo conservar su apellido actual por motivos de identidad social.
Aunque el primer estudio de ADN fue privado, el Cuerpo de Investigación Forense del Poder Judicial realizó un análisis independiente que confirmó la compatibilidad genética. La jueza de Familia recordó que para cambiar el estado de filiación reconocido previamente, es necesario impugnar el reconocimiento paterno anterior. Sin embargo, en este caso, donde la mujer busca principalmente esclarecer su identidad biológica, la jueza aceptó la demanda de impugnación de filiación y permitió que mantenga su apellido actual, que ha sido fundamental en la construcción de su identidad.
24 noviembre 2024
Judiciales