Día del Trabajador Ladrillero

El oficio enfrenta desafíos económicos pero sigue siendo vital para muchas familias rionegrinas

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En el Día del Trabajador y la Trabajadora Ladrillera, se reconoce la dedicación de quienes, a través de su labor artesanal, sostienen la producción de ladrillos en Río Negro. Este oficio, transmitido de generación en generación, representa una fuente crucial de sustento para pequeñas cooperativas familiares que abastecen la construcción en la región.

Aldo Zúñiga, presidente de la Cooperativa de Ladrillos de General Roca, lleva más de 20 años en este oficio que aprendió de sus tíos en la adolescencia. "El trabajo ladrillero demanda muchas horas y no tiene horario fijo. Es una labor que consume todo el día", relató reflejando la intensidad y compromiso que caracteriza a quienes se dedican a esta actividad.

Sin embargo, este año presenta desafíos significativos para los ladrilleros de la región. La caída en la actividad de la construcción, sumada al incremento en los costos de producción, ha impactado negativamente en el sector. Juan Paillalef, representante sindical, señala que muchos pequeños productores enfrentan dificultades para iniciar la temporada, debido a la baja demanda de ladrillos.

A pesar de estos retos, el oficio ladrillero continúa siendo fundamental para la economía familiar de muchas personas en General Roca. El Parque Ladrillero, establecido en 2019 mediante una ordenanza municipal, se ha convertido en un espacio donde más de 20 familias dependen de esta actividad. Gracias a la organización comunitaria, lograron avances significativos, como el acceso al agua y la adquisición de herramientas para mejorar la producción.

El proceso artesanal de la fabricación de ladrillos, que requiere de tierra, agua y aserrín en perfecta combinación, sigue siendo la base de este oficio. "Sin agua, no se puede hacer barro, y sin barro, no hay ladrillo", explica Zúñiga, subrayando la importancia de estos elementos en la calidad del producto final.


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