Falta de presupuesto, deudas millonarias y suspensión de servicios ponen en jaque la atención sanitaria en la localidad.

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Trabajadores y profesionales de la salud del Hospital de Río Colorado alertaron sobre la grave crisis que atraviesa la institución debido a la falta de fondos y el incumplimiento en los pagos a proveedores. A través de una carta abierta, denunciaron que el presupuesto mensual asignado es de apenas 8 millones de pesos, cuando el hospital necesita al menos 25 millones para funcionar correctamente. “Las entregas semanales de dinero no alcanzan para cubrir los gastos, lo que nos obliga a suspender servicios esenciales y trabajar en condiciones extremadamente precarias”, señalaron.

Uno de los problemas más críticos es la paralización de las cirugías programadas. “Las realizamos solo en casos de urgencia o cuando hay riesgo de complicaciones inminentes, porque no tenemos insumos suficientes”, explicaron desde el área quirúrgica. La falta de un lavarropas en funcionamiento obliga a utilizar material descartable, lo que genera un gasto adicional de aproximadamente 800.000 pesos semanales.

El servicio de laboratorio también se encuentra en una situación crítica. “Hace seis meses que no podemos realizar prácticas especiales porque la cuenta está suspendida por una deuda de más de 5 millones de pesos. Mientras no se cancele en su totalidad, solo podremos atender urgencias”, indicaron los trabajadores del sector.

El diagnóstico por imágenes es otra de las áreas afectadas. “Muchos equipos de rayos funcionan de manera restringida porque no tienen el mantenimiento adecuado. En algunos casos, ni siquiera podemos hacer estudios en el hospital y tenemos que derivarlos al sector privado, lo que genera un gasto extra para la institución y una gran incomodidad para los pacientes, que deben trasladarse con dolor a otro centro”, relataron. Además, el hospital no cuenta con un convenio directo para la realización de tomografías y resonancias, por lo que estos estudios deben ser pagados con fondos propios, casi inexistentes, o por los mismos pacientes con la ayuda de sus familias.

El sistema de derivaciones también se ve gravemente comprometido. “Solo una ambulancia está en condiciones óptimas, mientras que las demás necesitan mantenimiento urgente. Muchas veces, tenemos que recurrir a ambulancias de otras localidades como Chimpay o La Adela”, explicaron. A esto se suman problemas con los neumáticos, que en varias oportunidades fueron reemplazados gracias a la colaboración de la cooperadora del hospital.

La situación del personal médico es otro punto de preocupación. “El servicio de clínica médica sigue funcionando con un solo profesional desde hace más de un año y medio. Se había conseguido una médica dispuesta a trabajar con un contrato externo, pero desistió cuando supo que en otra ciudad no le pagaron en cuatro meses. Esto significa que en marzo no habrá cobertura en clínica médica, afectando la internación y las emergencias”, detallaron.

En cuanto a los nombramientos, los trabajadores denunciaron un grave episodio con el equipo quirúrgico. “A fin de año, sin aviso ni justificativo, despidieron a las dos cirujanas del hospital, a pesar de la falta de profesionales. Días después, las recontrataron, pero solo por tres meses y sin pagarles el sueldo del tiempo que continuaron trabajando. Esto es maltrato institucional”, afirmaron.

El hospital también enfrenta problemas con la alimentación de los pacientes. “Hace más de un año que no podemos comprar carne para la dieta hospitalaria. A veces, la comida que ofrecemos no es la adecuada para las necesidades de los internados”, señalaron desde el área de cocina.

Por otro lado, el deterioro del edificio y la falta de mantenimiento agravan la situación. “Cada vez que llueve, aparecen goteras en varios sectores del hospital. Además, el generador de energía falló durante los cortes de luz por falta de mantenimiento, y tuvimos que recurrir al préstamo de un empresario local para poder atender emergencias”, explicaron los trabajadores.

“La salud pública en Río Colorado está en riesgo. Sin acciones concretas del Estado, el hospital no podrá seguir funcionando”, concluyeron en la carta abierta. Hasta el momento, no ha habido respuestas oficiales a sus reclamos.