20 junio 2011
Río Negro
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Según la agencia ANB, FUNAM y Conciencia Solidaria apuntaron que "el dióxido de titanio se ubica en el grupo 2B del IARC, grupo donde también están incluidas otras sustancias de riesgo como los PCBs y la radiación electromagnética producida por los teléfonos celulares".
A través de un comunicado de prensa recordaron que el dato sobre la composición de las cenizas, "resulta de análisis preliminares realizados por el Centro Atómico Bariloche, que detectó óxido de sodio, óxido de magnesio, trióxido de aluminio, trióxido de azufre, óxido de cloro, óxido de potasio, óxido de calcio, dióxido de titanio y trióxido de hierro en muestras de las cenizas del volcán Puyehue. El análisis había sido solicitado a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) por el Ministerio de Planificación Federal que está a cargo de Julio de Vido".
Pero criticaron que "insólitamente, un comunicado de prensa difundido por CNEA para hacer públicos esos resultados descartó que las cenizas del volcán pudieran representar un daño para la salud 'pues no contenían arsénico ni azufre'. Esto último tampoco es cierto, por cuanto las partículas analizadas por el Centro Atómico Bariloche también contenían trióxido de azufre aunque en pequeñas cantidades".
"En base a ese comunicado de prensa erróneo distribuido por CNEA, numerosos medios de Argentina y otros países difundieron públicamente que las cenizas volcánicas no dañaban la salud, lo cual es inexacto y desalienta las precauciones que estaban tomando personas expuestas", indicaron.
El informe de las dos organizaciones, agrega:
Lo curioso de este blooper gubernamental es que el informe original realizado por el Grupo de Caracterización de Materiales y el Laboratorio de Análisis por Actividad Neutrónica, ambos de CNEA, se limitó a mencionar las sustancias halladas en las cenizas sin analizar sus posibles riesgos para la salud.
Los investigadores responsables de los análisis, Liliana Mogni, Carlos Cotaro y Romina Daga, trabajaron sobre muestras tomadas el 4 de junio "en las afueras del Centro Atómico Bariloche".
El Dr. Raúl Montenegro, profesor titular de la Universidad Nacional de Córdoba, recordó que las cenizas volcánicas "pueden tener efectos negativos sobre la salud" y que el impacto se debe "no solamente a sustancias de riesgo –como sílice cristalino y dióxido de titanio- sino también al tamaño de las partículas y a la cantidad que ingresa al sistema respiratorio y digestivo de las personas expuestas".
Afortunadamente, en las primeras muestras analizadas en Bariloche no se detectaron cuarzo, cristobalita y tridimita, tres formas cristalinas de sílice asociadas a enfermedades del sistema
respiratorio.
FUNAM y Conciencia Solidaria consideraron que los estudios sobre las cenizas "deben ser más amplios y serios, y sobre muestras tomadas en distintos lugares de Argentina. Las partículas que más lejos llegan pueden ser además las menos pesadas y más fáciles de ser inhaladas. No basta con recoger cenizas en las afueras del Centro Atómico Bariloche".
Montenegro indicó que una reciente revisión publicada por los investigadores Claire Horwell y Peter Baxter (2006) "sostiene que las cenizas volcánicas finas y respirables pueden provocar efectos negativos crónicos y agudos en la población expuesta, sobre todo en personas con problemas respiratorios previos".
Sostuvo que las cenizas "conforman cócteles variables de partículas y sustancias químicas" y que los efectos sobre poblaciones expuestas "dependerá de las dosis recibidas pero también del tiempo de exposición y del tamaño de las personas. Los más afectados son bebés y niños pequeños, porque consumen proporcionalmente más aire por unidad de peso que los adultos, y las personas con problemas respiratorios previos".
FUNAM y Conciencia Solidaria recordaron que "no existe solamente la inhalación e ingestión de partículas en forma directa desde las nubes que emite el volcán, sino también por remoción del material acumulado en suelo, objetos y vestimentas. Debemos asumir que incluso al cesar la actividad volcánica los restos de las cenizas seguirán siendo inhalados por mucho tiempo".
Ambas instituciones consideraron que "reducir la inhalación de cenizas hasta donde resulta posible es una buena medida sanitaria. Pero el irresponsable comunicado de prensa distribuido por CNEA hizo creer, sin base técnica, que las cenizas del Puyehue eran inofensivas para la salud. ¿Quién se hará cargo de las enfermedades que podría producir esta declaración irresponsable? No se trata de crear el pánico, pero tampoco de brindar información equivocada".
Cristina Martin, presidenta de Conciencia Solidaria, consideró que CNEA "sigue de este modo una larga tradición de desinformación pública. Esta vez difundió erróneamente que las cenizas volcánicas del Puyehue son inofensivas para la salud. Antes consideró inofensiva la contaminación por uranio, cuando es un posible cancerígeno humano de acuerdo a la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. Un país en serio no se construye con declaraciones improvisadas e irresponsables, sino con información veraz y oportuna".
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