El desalojo se registró en la Escalera 4 de la calle Las Heras al 1675, en la planta baja, a metros de la puerta del departamento usurpado se podían ver varias tapas de botellas de cervezas, que según las ocupas, las deja una mujer que utiliza el departamento los fines de semana para beber. 
Rosa, una de las dos madres que pretendieron ocupar la casa, dijo que no quieren ir al hogar de tránsito, porque sólo les permiten quedarse una semana y ellas quieren una solución a su problema habitacional, por la seguridad y la salud de sus hijas.

En el pasillo del módulo, sobre un colchón apoyado en el suelo, iban a dormir Rosa y su hija de 3 años, junto a Maira y otra niña de 6. Las dos mujeres, quienes esperaban poder hablar con el juez que ordenó el desalojo, esperan que alguien les brinde la posibilidad de tener una vivienda digna.
Especulación a la orden del día
Las varias irregularidades que se producen en los barrios 1016 Viviendas, 20 de Junio, America, Inalauquen y Guido permiten que muchas personas se encuentren al acecho especulando con la posibilidad de poder tomar un departamento.
Observan, miran, estudian el panorama y donde no registraron movimiento por algunos días, no dudan en meterse a la casa y tomarla para vivir. La necesidad de una vivienda, en muchas familias, sobre todo mujeres solas con hijos, llevan a tomar este tipo de determinaciones que cada vez se vuelven más habituales.
Del otro lado, la especulación en su máxima expresión, muchos de esos departamentos tomados, son alquilados por quienes supuestamente recibieron una llave por no tener donde vivir y en muchos casos, se comenta que una persona llega a tener más de un departamento en alquiler.
A la ocupación de los espacios públicos para construir ilegalmente y después alquilar esas propiedades, se suman la compra de departamentos a bajo costo y los alquileres de los mismos a gente que realmente necesita esos lugares para vivir.
Desde los organismos que deben controlar este tipo de irregularidades, bien gracias, hacen la vista gorda y ni siquiera se toman el trabajo de penalizar o multar a quienes violan las normas impuestas desde el IPPV.
En un país donde la ventaja parece ser el mejor atributo para destacarse, aquellos que realmente se acoplan a las normas establecidas, son lo que llevan siempre las de perder.

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