Según explicó el Secretario de Gobierno local, Sergio Tefs, el expediente se encuentra en la Dirección de Presupuesto provincial. Antes pasó por la Secretaría General de la Gobernación (donde se caratuló) y por la Fiscalía de Estado. En ese lugar –en la Dirección Judicial- tasaron la casona y elevaron el informe al Consejo de Expropiación, que realizó la oferta económica.
“Las expropiaciones son lentas, pero vamos en buen camino”, consideró Tefs en FM de la Costa, quien agregó que luego el municipio deberá agudizar el ingenio a efectos de hallar en el Estado Nacional o Provincial un plan o programa que permita llevar a cabo una gran obra de puesta en valor de la antigua casa.
Tras mencionar que la intención es llamarla “Barraca Sassemberg” o “Casa Sassemberg” (es su nombre original), reiteró que la intención es trasladar allí la Escuela de Arte y crear un espacio cultural.
De todas maneras, destacó que se trata de una edificación que necesita una importante inversión, ya que se encuentra muy deteriorada. “En un comienzo nos imaginábamos que era un sitio lujoso, con habitaciones muy amplias, pero se fue subdividiendo y ahora precisa adecuaciones”, contó.

Un castillo con historia
La empresa de Wolfgang Sassemberg, de origen alemán, era acopiadora y exportadora de lana y cueros al viejo continentes, provenientes de la línea sur rionegrina, el valle inferior del río Negro y el partido de Patagones.
La familia levantó su imponente casa en la década de 1890, a pocas cuadras del muelle y, adyacentes a sus magníficos jardines, a las caballerizas y a la casa de la servidumbre, edificó enormes barracas donde se acopiaba la lana, cuyo destino final era Europa.
Este palacio es hoy el más representativo testimonio de la significativa historia marítima del pueblo. El lujo de su interior fue legendario. Sus salones fueron centro de innumerables fiestas y acontecimientos sociales de la época.
Allá por el año 1907, los obreros de Sassemberg organizaron en las barracas la primera huelga de la región y del sur argentino.
La bonanza económica de la firma y el brillo que tuvo el palacio comenzó a decaer cuando en el año 1910 se puso en funcionamiento el puerto de San Antonio Oeste (Río Negro), con mejores condiciones de operatividad.
Las barracas se trasladaron al nuevo puerto y luego, con la desaparición de la familia Sassemberg, se puso en venta la casa familiar.
El palacio fue comprado por otra familia de fortuna, Guillermo Lacaze y su esposa Leonor, a quienes se debe el nombre con el que se lo identifica en la comarca.
Cuando Roberto Arlt visitó Carmen de Patagones, participó en una de aquellas noches de gala en el castillo, se conectó con los masones de la comarca y dio una charla secreta sobre el "silencio de las religiones y la hipocresía de la iglesia".
La familia Landalde habitó la casa hasta principios de la década del 40, cuando se radicó en Buenos Aires.
En 1946 fue alquilada por el ministerio de Guerra como sede del entonces distrito militar Nº 66 hasta 1960.

FUENTES: FM de la Costa/La Nueva Provincia(reseña histórica)