El presidente de esa entidad, Luis Iribarren, sostuvo que la situación se agrava permanentemente porque los canes tienen crías y se multiplican de manera muy rápida.
Adelantó que se programó un encuentro con autoridades de las áreas de Fauna y Recursos Naturales “para ver qué podemos hacer porque mes a mes la situación se agrava”.
Consideró que en algún momento “había una importante cantidad de perros en el basural (ubicado en medio de la zona afectada), pero tengo entendido que a partir de darle a conocer nuestra preocupación al municipio el problema allí –puntualmente- disminuyó”.
Iribarren mencionó que no hay dudas sobre la autoría de las matanzas, ya que “el hombre de campo sabe cuando el daño es provocado por un perro o un puma. El primero de ellos muchas veces no mata los lanares, sino que las deja mordidas y con vida. Y eso a veces pasa con una jauría que afecta de una sola vez a 20 o 30 corderos”.
El ruralista entendió que la solución sería sacrificar a los canes que atacan el ganado, pero que además el municipio de Viedma tendría que realizar una mejor tarea en cuanto a la castración de perras, así como campañas de tenencia responsable de esas mascotas.
No obstante, reconoció que no es la primera vez que esto sucede: “Hubo otras épocas similares y los perros debieron sacrificarse, aunque sea algo no muy agradable”.
1 noviembre 2024
Viedma