Se desarrolló ayer el juicio
de cesura en el que el Ministerio Público Fiscal pidió una pena privativa de la
libertad de cinco años para Carlos Luján, que fue declarado autor de un
homicidio en estado de emoción violenta. Los hechos se produjeron en julio del
año pasado en la localidad de San Javier y culminaron con la muerte de Mariano
Francisco, de 22 años.
La jornada empezó pasadas
las 10:30 con los alegatos de apertura de las partes, luego de ellos
comparecieron en la audiencia gran cantidad de personas brindando declaraciones
testimoniales que sustentaron los pedidos de pena realizados.
Pasadas las 14 comenzaron
los alegatos de clausura, la Fiscal interviniente destacó todas las versiones
que dieron cuenta como “el acusado le arrancó la vida a Mariano, un chico que
se encontraba indefenso, que sólo pudo poner su cuerpo mientras intentaba
alejarse de la carnicería”. Un cuerpo sobre el que se contaron “13 puñaladas,
cuatro de ellas de índole defensivo ya que se encontraban en codos, manos y
dedos”.
“El cuerpo habla de que
Mariano estaba indefenso mientras el imputado desplegó una violencia desmedida,
brutal y descarnada y mató a la victima frente a sus amigos”, incluso frente a
su propia mujer (del victimario) que le pedía que parara.
Durante una hora la Fiscalía
repasó los diversos testimonios que había escuchado anteriormente. Enfatizó en
“la perdida inconmensurable que sufrieron su madre, su esposa y su pequeño hijo
a partir de este hecho extremadamente violento y desgarrador”.
Buscando reconstruir la
figura de la víctima, tal como había adelantado al iniciar la jornada de
cesura, dijo que era un hombre trabajador tomando palabras de gran parte de los
testigos. Estaba dispuesto a progresar en el marco de un trabajo informal,
temporario y altamente sacrificado.
“Ni haber cometido un delito
(que en nada tienen que ver con este juicio y que se efectuó años antes en otra
ciudad), ni la estigmatización que la defensa intentó lograr de él y sus
amigos, le quitan valor a una vida humana. No hay causa de justificación”.
“Mariano era un chico sano,
proactivo, jugaba al básquet. Tomar una bebida alcohólica no es motivo de
criminalización. Era un joven con proyectos y expectativas”, agregaron desde la
acusación.
La declaración de
responsabilidad penal por el delito de homicidio en estado de emoción violenta
fijan un lapso de pena privativa de la libertad de entre 1 a 6 años, en el
marco del cual la acusación requirió 5 “casi el máximo previsto para este tipo
de homicidio”.
A su turno la querella
compartió los “contundentes argumentos” de la Fiscalía y detalló también,
especialmente, la extensión del daño causado. “La conducta del sujeto, el
accionar del condenado durante el desarrollo del hecho y durante la etapa
posterior va a elevar el pedido de pena” adelantaron antes de solicitar una
pena de 5 años y 6 meses, “una pena inferior sería matar dos veces a Mariano
Francisco”.
Finalmente hizo lo propio el
abogado defensor quien pidió un año y nueve meses de prisión en suspenso y la
realización de un tratamiento psicológico además de la reparación mensual
correspondiente al 40% del salario mínimo, vital y móvil en favor de la pareja
y el hijo de la víctima.
27 noviembre 2024
Judiciales