Desde hace
algunos años el Estado en sus diferentes estamentos y escalas busca echar una
mirada hacia adentro de su estructura funcional con un aparente objetivo de
revisar prácticas enquistadas, modernizar, erradicar funcionamientos, usos y
costumbres que atenten contra las personas y cambiarlas por nuevas buenas
prácticas.
Para eso se
han creado oficinas y hecho protocolos, se generaron cursos, se adhirió a leyes
como la denominada “Micaela” y se profesa el respeto por los trabajadores más
allá de las cuestiones salariales en un sentido personal, individual y de
identidad; que respete a cada agente público
y los libre de todo maltrato de sus jefes o jefas. En la práctica la
violencia laboral existe y no da muestras de estar en extinción.
A nivel
provincial, en los tres poderes se han creado y promovido espacios de defensa
de trabajadoras y trabajadores, cada uno con sus características. En el Poder
Judicial se creó inicialmente una oficina de Género, que posteriormente cobró
mayor injerencia institucional y pasó a llamarse Oficina de Derechos Humanos y
Género, una división con rango de Dirección dentro de la estructura del Poder
Judicial rionegrino en Viedma.
Mediante
los mecanismos de concurso del Poder Judicial accedió como titular de esa
oficina la profesora Fernanda Díaz, quien desde 2021 estuvo al frente de una
oficina que, paradójicamente, debía tramitar situaciones de malos tratos a
empleados. Por malos tratos fue denunciada por tres empleados a su cargo.
Díaz
renunció en las últimas horas al cargo y, según la filial roquense del gremio
de los trabajadores judiciales, SITRAJUR, lo hizo para evitar las sanciones que
pudieran caberle en un sumario si persistía. Según trascendió, hay tres
denuncias en su contra por presunta violencia laboral, la tarea que
precisamente esa oficina a su cargo buscaba erradicar del ámbito laboral
judicial rionegrino.
“El hecho
de que la funcionaria haya dejado su cargo en medio de acusaciones y denuncias
por maltrato y violencia laboral hacia sus subordinados no es un dato para dejar
pasar, porque desenmascara el fracaso e ineficacia de las acciones concretas tomadas
por el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro para erradicar y prevenir la violencia
en sus diversas vertientes enquistada en el seno mismo de nuestro Poder Judicial
y su abordaje con perspectiva de género, en cumplimiento de diversos instrumentos
internacionales de derechos humanos de los que la Argentina es parte, entre ellos
el convenio 190 de la OIT”, reza un comunicado emitido por la seccional General
Roca de Sitrajur y firmado por su secretaria general, Fernanda Maidana.
El
comunicado agrega que “el observatorio es el organismo de aplicación del
protocolo de violencia laboral, que en los hechos decide si hay o no violencia
y cuando lo juzga procedente se permite recomendar, como ya lo ha hecho, se
inicie sumario disciplinario a la víctima de violencia laboral a modo de
represalia. En muchos otros casos el organismo paralizó el trámite por
amiguismo”.
“No hay
lugar a dudas que el espacio creado es en realidad un ‘Obvservatorio’, que en
vez de servir a la aplicación del protocolo,
se ha convertido a poco de entrar en vigor la norma en un instrumento
que reproduce la violencia, que sirve para identificar a las víctimas de
violencia dispuestas a efectuar denuncias para acallarlas y advertir
inmediatamente al victimario, ponerlo en resguardo y facilitar la represalia a
la víctima, para luego terminar dictaminando que no existe violencia laboral o
que la persona (denunciante) es la violenta
y recomendar se inicie sumario administrativo”, puntualiza.
Además de
cuestionar a las autoridades judiciales por lo que consideró una “falta de
voluntad” para “implementar una política seria con instrumentos jurídicos eficaces”,
la dirigente gremial expresó que “la salida por la puerta de atrás de una
funcionaria con la máxima responsabilidad en el área, librándola de posibles
sumarios por violencia es una prueba irrefutable del fracaso de la política del
Poder Judicial en la materia”.
24 noviembre 2024
Judiciales