Fue despedido de su trabajo
tras estar cinco días arrestado, pero judicializó el caso y obtuvo una
indemnización por despido injustificado. El tribunal de Cipolletti determinó que
se debió aplicar una sanción menos severa y estableció una indemnización a su
favor.
El hombre trabajaba en una
metalúrgica en Cipolletti. Su vida, definida por la rutina del esfuerzo físico
y el calor de los metales, cambió tras incumplir involuntariamente una
normativa en un proceso judicial. Este descuido resultó en que un juez ordenara
su arresto por cinco días.
Informó a su jefe mediante
un mensaje de WhatsApp sobre el contratiempo. Sin embargo, el día que la
policía fue a detenerlo, su situación se había complicado. Durante su
detención, la metalúrgica le envió una carta documento notificándole su
despido, la cual nunca recibió.
Al regresar al trabajo, fue
recibido hostilmente y le informaron que ya no era parte del equipo.
El despido se atribuyó a
repetidas ausencias injustificadas, una acumulación de faltas que la empresa
consideró justificaba su decisión. No obstante, el trabajador inició un juicio
laboral para impugnar su despido, sosteniendo que su arresto fue por causas
ajenas a su voluntad e intentó comunicarlo a su empleador por todos los medios
posibles.
El caso fue evaluado por la
Cámara Laboral de Cipolletti, donde se analizaron los hechos detenidamente. El
tribunal concluyó que la sanción del empleador fue desproporcionada, dada la
ausencia de antecedentes disciplinarios del trabajador y la demostración de que
su ausencia fue involuntaria. La falta de sanciones proporcionales fue
considerada una infracción a las obligaciones legales laborales.
La Cámara dictaminó que el
despido fue injustificado y el empleador debía compensar al trabajador con
indemnizaciones por antigüedad, falta de preaviso, vacaciones no disfrutadas,
integración del mes de despido y el sueldo anual complementario.
24 noviembre 2024
Judiciales