Como bien señala el historiador Norberto Galasso, “él trató a Juan Domingo Perón de igual a igual, se consideró marxista y también peronista, fue un intelectual y también un hombre de acción”.
Pocos personajes de nuestra historia ofrecen facetas tan singulares como la de este gran pensador y luchador argentino.
Se llamó John William cuando seguramente él hubiera querido que lo denominasen Juan Guillermo.
Como integrante del peronismo fue –casi seguramente– el único que discutió con el general Perón de igual a igual, sin inhibiciones ni reservas mentales.
Fue intelectual profundo, pero al mismo tiempo hombre clave de la resistencia y se lanzó con "una pistola 45" y tres cargadores de balas a parar a los marinos en junio de 1955.
Había sido el diputado más joven de la historia hasta ese momento, la insignia fundante de la izquierda peronista y lider en la creacion del “Comando de la Resistencia Peronista”, el digno y glorioso movimiento de la “Resistencia” que lucho durante 18 años para mantener vivo al peronismo.
En 1959 se instala en Cuba donde la Revolución castrista lo conmueve profundamente. Allí apoyó y entabló amistad con el “Che” Guevara y su militancia lo lleva a defender la revolución, hasta con las armas en la mano durante la invasión norteaméricana en Bahía de los Cochinos en 1961.
Perón lo designó su delegado y más aún, es la única oportunidad en que el líder informa a sus bases que, en el caso de su muerte, este delegado debe ocupar su lugar en la conducción del movimiento.
Dejo un valioso legado escrito, desde “Apuntes para la militancia” un libro iniciatico e imprescindible para todo militante, hasta la correspondencia con el General Peron que muestra a la claras el proyecto de peronismo que el sostenia. “El peronismo es revolución”, sentencio en una de las misivas.
Cooke fue, es y sera un peronista ejemplo para todos los compañeros que militan por un proyecto de País Nacional y Popular.
Hoy, ante el proceso que iniciaron Néstor y Cristina Kirchner hace 10 años, resuena como nunca una de sus célebres definiciones:
“No hay política nacionalista sino bajo la conducción de la clase trabajadora, que movilice la voluntad nacional tras la empresa revolucionaria de cambiar el orden social existente y asegurar sus bases mediante el desarrollo independiente, hasta desplazar del poder a las clases dominantes, la toma del poder por los trabajadores y la construcción nueva”.
De allí nuestra pertenencia. De allí nuestro homenaje.
Ante el avance de los agoreros y promotores del oprobio de los argentinos, la oligarquía y las corporaciones, suena como nunca su eterna frase a manera de sentencia: “El Peronismo es el hecho maldito del país burgués”.
(#) Por Gastón Coumeig
Secretario Coordinación
Gobierno Pcia. Río Negro
16 noviembre 2024
Opinion