Sal y Fuego: la historia sin fin

A pesar del compromiso asumido no se entregó el inmueble.

Comentar
Aunque hace dos semanas a través de una nota presentada por su abogado ante el municipio los empresarios Silvana Sabbatella y Luis Linares habían anunciado que finalmente restituirían el inmueble municipal denominado Complejo La Balsa, que explota comercialmente desde hace más de un década bajo el nombre comercial Sal y Fuego, el compromiso no se cumplió y todo indica que en las próximas horas la comuna estaría iniciando el juicio de desalojo.
 
La novela en torno a la disputa por la explotación del complejo prometía llegar a un fin acordado el último día de agosto, los empresarios habían comprometido hacer entrega de la llave y abandonar el inmueble, para que pueda asumir la concesión el empresario Adalberto Indelman, quien fue seleccionado por la comuna en el marco de un proceso licitatorio que conto con siete oferentes, incluyendo a Sabbatella y Lineares que presentaron sendas propuestas por separado.

Adelantándose al plazo autoimpuesto por los empresario el municipio los había citado días atrás a un encuentro para abordar la situación de los trabajadores, pero a pesar de haber comprometido su presencia tampoco fueron al encuentro.

El viernes atento al vencimiento de los plazos la municipalidad envió una nota el viernes pasado informando que a las 12 se vencía el plazo y pidiendo una nueva reunión para acordar algunos detalles del traspaso, pero nuevamente los empresarios les pegaron el platón.

Por estas horas los empresarios siguen explotando el inmueble, a pesar que el contrato firmado con el municipio ya está extinguido y la habilitación comercial del local ya quedó caduca.

Ante este nuevo desplante de Sabbatella y Linares el municipio derivó el caso al Fiscal Municipal Luis Sabbatella, quien por razones de parentesco se excusó nuevamente de intervenir en el tema, quedando el caso en manos de la abogada del municipio.

Fuentes del Ejecutivo Municipal confirmaron que este martes se estarían iniciando las acciones legales tendientes a lograr el juicio de desalojo, algo que se trató de evitar a toda costa para evitar dilaciones que compliquen la continuidad del servicio, a poco del inicio de la primavera y con el verano a la vuelta de la esquina, temporada alta para el complejo.

Mientras tanto no hubo declaraciones del empresario Adalberto Indelman ganador de la licitación, quien ya debería haber sumido la explotación del complejo desde hace meses, cosa que no pudo hacer por la resistencia de los empresarios salientes a devolver un inmueble que pertenece a todos los viedmenses y que en la práctica podría decirse estarían usurpando.

Parece que a Sal y Fuego lo único que lo apagará será una orden judicial de desalojo, acompañada con la disposición de utilizar la fuerza pública, si no se acata, ya que hasta ahora han hecho caso omiso y se han tomado con sorna todos los pedidos e intimaciones municipales.

También te puede interesar...