Los festejos por el Año Nuevo trajeron renovadas
ilusiones, encuentros familiares, las comidas tradicionales y buenos deseos.
Pero también volvió a repetir la celebración con pirotecnia de estruendo, pese
a estar prohibida en el ejido municipal de Viedma por imperio del Concejo
Deliberante hace más de un año e ingresada a la lista de normativas municipales
que poco y nada se respetan.
Con la llegada del 2019 la batería de bombas de
estruendo sonó por todos los rincones de Viedma, a pesar no solo de estar en
vigencia la ordenanza que prohíbe el expendio de pirotecnia ruidosa en la
capital provincial, sino también de todas las personas que por diferentes
medios (especialmente en las redes sociales) recomendaron y pidieron no usar
pirotecnia para esta celebración de Año Nuevo.
Incluso la sensación que dejó esta oportunidad es que
fueron todavía más ruidosos los primeros minutos del 1 de enero que los del 25
de diciembre último, cuando la lluvia aplacó bastante el uso del estruendo.
Hubo también innumerables quejas por parte de vecinos,
que denunciaron públicamente que en diferentes locales se vendía pirotecnia y
que no habían sido inspeccionados por la Municipalidad de Viedma, que a su vez
consignó que hubo diferentes controles en comercios del centro y los barrios.
No obstante, ni los controles ni la concientización de
algo que no se puede hacer parecen haber sido suficientes.

19 diciembre 2025
Viedma