Exclusivo: Viedma busca un drástico cambio para habilitar torres frente al río

Se trata del proyecto "Alta Viedma", elaborado por la administración Pesatti

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La actual gestión municipal de Viedma parece dispuesta a alentar las inversiones en materia inmobiliaria y rediseñar así el panorama económico de la capital rionegrina.

Para eso debe no sólo defender ante la sociedad un proyecto que está próximo a ver la luz, sino tambien hacerlo en el Concejo Deliberante, dado que prevé la modificación del código urbano que hoy impide construir más de tres pisos en la costanera viedmense.

En un proyecto denominado “Alta Viedma”, el Ejecutivo municipal considera que la construcción de torres en un sector delimitado contribuiría, entre otras cosas, a diversificar el sistema de construcciones y abandonar la exclusividad de viviendas individuales para tener una apertura y permitir así que en todo caso más gente pueda tener la posibilidad de vivir frente al río.

El proyecto de la gestión municipal de Pedro Pesatti se enmarca dentro de un estudio amplio que abarca todo el ejido viedmense pero que se divide en el Plan de Desarrollo Local y el Plan Costero compuesto a su vez por la costa fluvial y la marítima.

Para el Ejecutivo “es necesario actualizar y adaptar las normativas (del Código Urbano) de acuerdo a la consolidación en proceso y a las nuevas variables y tendencias que se presentan”.

En el proyecto, al que tuvo acceso LA PALABRA, se argumenta que el crecimiento  y desarrollo que ha tenido Viedma en los últimos años “sumado a la inversión realizada por el Estado en la costanera ha provocado un creciente interés en el desarrollo de inversiones de mayor rentabilidad inmobiliaria y comercial en el área frentista del río, generando una demanda creciente a la que la actual normativa vigente no puede dar una respuesta que satisfaga tanto a los intereses del inversor como a los del municipio”.

En su diagnóstico, la Municipalidad esgrime que existe una idea de “deseo” sobre la evolución de las tendencias en torno al desarrollo urbano. Así, señala además que “la morfología resultante de la aplicación del Código no se corresponde con la morfología deseada” y más adelante estima que “el plano límite de 11,50 metros (el máximo de altura para construcción) genera una desventaja para el aprovechamiento al máximo de las potencialidades del lote”.

Más adelante plantea que la demanda existente está centrada en “el aumento de densidad”, en el que “el incremento del valor del suelo hace que el crecimiento de las inversiones para edificios sea cada vez mayor”, con la consecuente “afectación de aspectos arquitectónicos urbanos y energéticos y ambientales”. Añade en tal sentido que “la industria de la construcción marca el progreso en las ciudades, pero es necesario que se genere conciencia y actitudes responsables cuando se trabaje en la transformación del medio ambiente”.

Explica en el mismo sentido que las edificaciones en altura significan “una alternativa a la vivienda unifamiliar dominante a lo largo del río” y de alguna forma “resuelven la socialización de las vistas”.

“La demanda de construcción en altura o edificios en torre en general está vinculada a la centralidad” y a que “más cantidad de habitantes vivan en relación a los servicios”, mientras que más adelante argumenta que, de alguna manera, la construcción de torres “en términos sociales” tiende a “socializar el paisaje” al permitir que un sector más amplio de la comunidad viva frente al río.

Para el Poder Ejecutivo municipal de Viedma, la ciudad “debe redefinir y potenciar sus perfiles de Desarrollo Local, razón por la cual impulsa y propone “complementar el perfil administrativo público predominante con el desarrollo de los perfiles turístico-recreativo-deportivo-paisajístico”.

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