Cumplió años la Catedral de Viedma, un símbolo edificado por presos

Fue creada el 24 de abril de 1880 y tuvo que se reconstruida tras un incendio

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La catedral Nuestra Señora de la Merced, el principal templo católico de Viedma, cumplió años ayer lunes. Está instalada en el mismo sitio donde estuvo el primitivo templo, construido entre 1878 y 1880, que se destruyó debido a un voraz incendio ante la profusión de las velas colocadas para iluminar el altar en la Semana Santa de 1884. La segunda construcción, de mayores dimensiones se levantó entre 1884 y 1885. Es la catedral de la diócesis de Viedma.

El gobernador Eugenio Tello, junto con el monseñor Juan Cagliero y el padre Bernardo Vacchina, impulsaron la construcción de una nueva iglesia que ya tenían en mente antes de la inundación. Solicitaron a la Municipalidad la escritura de los terrenos, que fueron otorgados el 29 de diciembre de 1900. Los planos fueron realizados por el padre Juan Aceto, con la posterior intervención del padre Vespignani, arquitecto experto en construcciones religiosas. El constructor fue el hermano Antonio Patriarca junto con 20 presos de la cárcel que el gobernador cedía por un jornal mínimo.

La comisión local, autoridades y el propio cardenal Cagliero gestionaron los fondos necesarios que fueron obtenidos mediante partidas nacionales, donaciones, colectas o rifas.

Actualmente, la catedral guarda los restos del cardenal Cagliero y de los monseñores Nicolás Esandi y José Borgatti (primero y segundo obispo).

El estilo inicialmente fue neorrománico aunque después sufrió varias modificaciones. Las variantes introducidas en los planos responden al atrio de ingreso, a los dos campanarios de la fachada y a un espacio mayor que se ha dado a las naves laterales.

El atrio sobresaliendo de la línea de frente con sus cuatro columnas con trabazón y tímpano superpuesto, es una idea sugerida por la comisión constructora.

Los dos campanarios están unidos entre sí por una gran arcada que se extiende sobre el atrio señalando con el vuelo de su cornisa la bóveda de la nave central, la cual quedará iluminada por un amplio ventanal abierto en el fondo que encierra en su centro la misma arcada.

Por encima de ella, a manera de remate, corre horizontalmente un corazón adornado de balaustrada. Este frontispicio se eleva del suelo hasta 20 metros, sin contar la cruz, mientras que los campanarios que rematan la cúspide octogonal se elevan otros 19 metros.

Las cuatro columnas de granito pulido que están en el interior, traídas de Italia, fueron donadas por el monseñor Cagliero. Del transatlántico que las condujo a Buenos Aires fueron trasladadas al Vapor "Pomona”. Una vez en el muelle de Carmen de Patagones, fueron transportadas en lanchones a Viedma, y desde la rivera del río al templo sobre rodillos y tirados por yuntas de bueyes y caballos en varias etapas. Las puertas exteriores de entrada son de nogal, talladas a mano por los alumnos del taller de artes y oficios de los salesianos.

En la parte superior del ábside se observa la bandera italiana y una cruz hechas con ladrillos de distintos colores por Patriarca. Las torres fueron terminadas en 1979 con motivo del bicentenario de la fundación de Viedma.

 

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