Empleados autoconvocados del Casino insisten con sus reclamos salariales y acusaciones a la conducción gremial.

En una nota difundida a los medios este fin de semana expresan que el personal de Casinos del Río de la Firma Crown, de las salas de Cipolletti, Roca, Viedma, Catriel, Choele Choel, El Cóndor, Las Grutas y Villa Regina continúa “en la misma situación al día de hoy sin ser escuchados por la empresa, directivos ni por los referentes principales del gremio Aleara, Ariel Fassiones, Juan Cohelo como el resto de los delegados por quienes ya no nos sentimos representados dado que no parecen tener una realidad de lo que venimos transitando”.

Aseguran percibir “salarios bajísimos los cuales como ya les hemos hecho saber no hacen a la dignidad de cada trabajador, como a nuestras familias, no pudiendo llegar a fin de mes”.

Destacan que los sueldos no superan los 270 mil pesos y ni siquiera alcanzan a cubrir la canasta básica según el Indec. Continuamos sin aumentos que se equiparen a la inflación actual”.

Calificaron como “una vergüenza total y ajena escuchar como pretexto o excusa que debido a la construcción de que el nuevo casino les demanda un gasto importante debemos comprender. Sólo vemos y entendemos que este Gremio Aleara busca beneficiar a la empresa, directivos, junto a sus acuerdos personales y cada día vemos que son acuerdos con el gobierno provincial actual que le brinda la concesión”.

“El casino es generador de grandes ganancias a través también del conocido Juego Online por eso no comprendemos cómo aun seguimos con salarios tan bajos a pesar de que se crea que los empleados de Casinos ganamos fortunas”, indicaron en una nota que firma Javier Ruttia.

Describen que trabajan con “horarios insalubres y hasta a veces teniendo que lidiar con clientes conflictivos sin siquiera tener un respaldo o poder realizar algún reclamo para mejorar estas situaciones. Pareciera que el trabajador del Casino debe soportar todas estas situaciones sin poder expresar alguna mejoría sabiendo que pudieran tomar represalia por esto mismo con suspensiones, despidos etc”.

Concluyen que “esto sólo provoca descontento o el miedo mismo de cada empleado de expresar algún reclamo en particular”.