Desde principios de 2024, Río Negro tuvo que asumir un costo significativo para garantizar la continuidad del transporte público en la provincia, tras la eliminación de los subsidios nacionales al sector. El Gobierno Provincial decidió entonces duplicar los subsidios a las empresas de transporte interurbano y urbano, destinando alrededor de 130 millones de pesos durante todo el año para cubrir el déficit generado por la medida nacional.

Aunque el transporte urbano no es una responsabilidad directa de la provincia, el gobierno local debió intervenir financieramente para asegurar que los servicios sigan operando en municipios como Bariloche, Viedma, General Roca, Cipolletti, Sierra Grande y San Antonio Oeste. Este gasto adicional se sumó a los subsidios que se destinan al transporte interurbano, con el fin de evitar que el costo de los boletos recaiga completamente sobre los usuarios.

La cifra de 130 millones de pesos grafica el alto costo que implica subsidiar estos servicios. Además, la Provincia reforzó el boleto estudiantil, que ofrece un descuento del 50% en pasajes interurbanos, mediante la creación de una tarjeta identificatoria que agiliza el acceso al beneficio en colaboración con universidades locales.

El Ministro de Obras y Servicios Públicos, Alejandro Echarren, reconoció que la provincia tuvo que asumir esta responsabilidad debido a la retirada de los subsidios nacionales. La falta de apoyo del Gobierno Nacional dejó a las provincias en una situación complicada, obligándolas a destinar fondos propios para un servicio que, según las autoridades locales, debería ser financiado en parte por la Nación.

Además de los subsidios directos, Río Negro implementó otras medidas para mitigar el impacto de la eliminación de los subsidios nacionales, como la incorporación de nuevos colectivos y frecuencias, y la reactivación de servicios interurbanos en áreas rurales. Sin embargo, estas acciones también han significado un costo adicional para la provincia, obligada a financiar el sistema de transporte público.