“Este otoño es lo que deberíamos ver todos los años”, afirma experto del INTA

Cristian Musi Saluj explicó que las lluvias acumuladas están dentro de lo normal para la estación, y representan un alivio para el secano aunque complican la cosecha en zonas bajo riego

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“Este otoño está siendo lo que nosotros deberíamos ver todos los años. Las precipitaciones están por encima de los valores de los últimos años, pero siguen dentro de lo esperable para esta época. Y eso es algo positivo”, afirmó Cristian Musi Saluj, responsable del área de Agrometeorología de la Estación Experimental del INTA Valle Inferior y docente de Climatología en la Universidad Nacional de Río Negro.

El especialista explicó que tanto en 2023 como en lo que va de 2024 se registraron buenas lluvias acumuladas durante el otoño, algo que no ocurría desde hacía cinco o seis años. “Es muy relevante que los campos entren al invierno con el perfil del suelo cargado de agua. En el secano eso tiene un impacto enorme: mejora la producción de forraje, la hacienda lo siente menos, el monte se recupera. Son años que pueden ser muy buenos”, indicó.

Consultado sobre si las precipitaciones actuales están fuera de lo normal, Musi Saluj fue claro: “Están por arriba de lo que veníamos viendo, sí, pero no fuera de lo que se espera en esta estación. Marzo y abril son nuestros meses de lluvia. Lo que pasa es que veníamos de cuatro o cinco años de ‘La Niña’ con lluvias muy por debajo del promedio. Eso sí fue sequía, prolongada en el tiempo. Ahora hay acumulación de agua, pero no estamos ante un exceso alarmante”.

Según detalló, lo que genera inconvenientes es que las lluvias se repiten en períodos cortos, lo que hace que el suelo no llegue a drenar. “En lugares con mal drenaje o suelos compactados, el perfil está tan saturado que el agua queda en superficie varios días. Aparecen charcos persistentes. Pero eso responde más a la secuencia de lluvias que a una cantidad extraordinaria”, aclaró.

Las lluvias, aunque beneficiosas para el secano, no tienen el mismo efecto en las áreas bajo riego. “Para la cosecha de frutos secos, por ejemplo, complica bastante. Si el suelo está húmedo, el fruto se mancha y pierde valor comercial. En cultivos como la cebolla o la horticultura pesada también afecta, porque el armado de bolsas se vuelve difícil y las condiciones para trabajar en las chacras no son buenas”, explicó. También se ven afectadas tareas como la poscosecha y la preparación de suelos para los invernaderos.

De cara al trimestre mayo-junio-julio, las proyecciones no indican un escenario de continuidad en las lluvias. “Los modelos climáticos que seguimos —que son de centros especializados— anticipan precipitaciones por debajo de la media para ese período. No hablamos de sequía, pero sí de una baja respecto a este comienzo de año”, sostuvo.

Respecto a la situación institucional del INTA, Musi Saluj aseguró que no se han registrado despidos en la estación experimental del Valle Inferior, aunque sí hubo finalización de contratos de becarios. “Eran personas que estaban haciendo una tarea muy valiosa para el funcionamiento del equipo, y lamentablemente ya no contamos con ellos. Si bien se dio dentro del marco legal, en los hechos se trata de una pérdida significativa para la estructura de trabajo”, concluyó.

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