En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, conmemorado el 10 de octubre, el Gobierno de Río Negro ratificó su compromiso con un modelo de atención comunitario, inclusivo y de derechos humanos, que prioriza el acompañamiento territorial y las prácticas integrales por sobre las intervenciones exclusivamente clínicas.

La Coordinación de Salud Mental Comunitaria y Consumos Problemáticos del Ministerio de Salud provincial destacó que los tratamientos más efectivos “no se limitan al espacio ambulatorio, sino que se desarrollan en dispositivos intermedios, donde las personas pueden fortalecer su autonomía, sus vínculos y la construcción de proyectos de vida”.

“De poco sirve la atención solamente en consultorio si no se acompaña con talleres, empresas sociales, casas de convivencia, y prácticas artísticas, culturales o laborales que favorezcan la inclusión social plena”, señaló Darío Cabrera, integrante de la coordinación provincial del área.

Río Negro cuenta actualmente con Servicios de Salud Mental Comunitaria en cada hospital Área Programa, integrados por equipos interdisciplinarios en los que participan profesionales de Psicología, Psiquiatría, Trabajo Social, Enfermería, Psicopedagogía y Operadores en Salud Mental, entre otras disciplinas. En total, funcionan 22 dispositivos intermedios dependientes de esos servicios, orientados al seguimiento y acompañamiento sostenido de las personas en su entorno cotidiano.

“El modelo rionegrino es posible gracias al trabajo articulado de los equipos interdisciplinarios, que amplían las miradas y los modos de cuidado”, agregó Cabrera, al destacar la trayectoria de la provincia como referente nacional en políticas de salud mental.

Río Negro fue una de las pioneras en el país en adoptar un enfoque comunitario, sin manicomios y con fuerte anclaje en la inclusión social. En 2026, la Ley Provincial de Salud Mental cumplirá 35 años, consolidando un camino que ha inspirado reformas y debates en toda la Argentina.

En esta fecha, la coordinación provincial renovó su compromiso de seguir fortaleciendo un sistema que ponga en el centro a las personas, sus vínculos y su derecho a la inclusión social, convencida de que “la salud mental se construye en comunidad y no se agota en la atención médica”.