Sierra Grande celebró sus 122 años con un emotivo desfile que reunió a instituciones educativas, deportivas, culturales, recreativas y fuerzas vivas de la localidad. En un marco de alegría y reencuentro comunitario, la intendenta Roxana Fernández expresó su emoción por el presente que vive la ciudad y el horizonte que comienza a vislumbrarse.

“Verás que la gente está contenta. Tenemos todas las instituciones que componen nuestra ciudad desfilando, las educativas, las deportivas, las culturales, las recreativas, las fuerzas. Creo que la gente siente y vive un momento especial”, señaló Fernández, visiblemente conmovida durante su discurso en el acto central.

La jefa comunal reconoció que intentó contener las lágrimas, pero que las emociones “están a flor de piel” tras una semana intensa de actividades y reencuentros. “Tengo muchos años acá en Sierra Grande y muchas etapas vividas. Siento que hoy estamos en un horizonte distinto, y me emocioné por eso”, expresó.

Fernández recordó con nostalgia los años en que la ciudad giraba alrededor del trabajo minero y la actividad industrial: “Ver esos colectivos, los muchachos que van a trabajar, esa cultura del trabajo que vuelve a ser grande, es algo muy fuerte. Nuestros hijos no lo vivieron, pasaron más de 30 años desde aquellos tiempos, y poder contarles eso hoy es una manera de que comprendan y valoren lo que estamos recuperando”.

La intendenta resaltó que la comunidad vuelve a tener motivos para ilusionarse: “Poco a poco, porque esto recién comienza, vamos recuperándonos. Y Sierra Grande vuelve a ser noticia, como lo fue siempre, pero esta vez con buenas noticias”.

El aniversario dejó imágenes de una ciudad movilizada, orgullosa y esperanzada. Entre banderas, familias y sonrisas, Sierra Grande celebró no solo su historia, sino también la posibilidad de un futuro que vuelve a encenderse.