En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la secretaria nacional de la Mujer de la Unión Cívica Radical, Lorena Matzen, alertó sobre las desigualdades estructurales que atraviesan a las mujeres con discapacidad en Argentina y reclamó la construcción de estadísticas oficiales que permitan dimensionar la problemática en todo el país. Sostuvo que, sin datos claros, resulta difícil diseñar políticas públicas efectivas y con perspectiva federal.

Matzen advirtió que las mujeres con discapacidad enfrentan mayores obstáculos en el acceso a la salud, menor participación en el mercado laboral, índices más altos de pobreza y un riesgo superior de sufrir violencia física, sexual o institucional. Afirmó que la intersección entre género y discapacidad “no suma desigualdades: las multiplica”, y remarcó que la falta de información segmentada por provincia constituye una deuda básica del Estado.

Según señaló, Argentina no produce estadísticas públicas, sistemáticas y actualizadas que permitan conocer cuántas mujeres con discapacidad viven en cada territorio o cómo acceden a derechos fundamentales como educación, empleo, justicia y programas de salud. Indicó que esa ausencia de datos “no es un detalle técnico, sino parte del problema”, ya que lo que no se mide “no se ve ni se aborda”.

La dirigente radical también analizó la coyuntura nacional y sostuvo que la situación económica y los recortes en áreas sensibles han profundizado las desigualdades. Mencionó retrasos en el pago de prestaciones, falta de previsibilidad en políticas públicas y dificultades crecientes para sostener tratamientos y acceder a servicios, lo que —según planteó— afecta especialmente a mujeres y cuidadoras que se hacen cargo de gestiones, traslados y trámites cotidianos.

Matzen subrayó que la carga del cuidado continúa recayendo mayoritariamente en mujeres dentro de los hogares, lo que implica renuncias laborales, postergación de proyectos personales y un peso emocional y económico significativo. Advirtió además que las mujeres con discapacidad sufren mayores niveles de violencia y enfrentan más obstáculos para denunciar, acceder a medidas de protección o llegar a la justicia.

En ese sentido, insistió en que la inclusión debe traducirse en políticas públicas concretas, como garantizar prestaciones sin interrupciones, invertir en accesibilidad, reconocer el rol de las cuidadoras y fortalecer los sistemas de información con enfoque de género y discapacidad. También sostuvo que la violencia contra mujeres con discapacidad debe ser abordada como un problema urgente de derechos humanos.

Finalmente, Matzen afirmó que este 3 de diciembre es una oportunidad para renovar el compromiso con una sociedad más justa. “Cuando una mujer con discapacidad queda afuera, la democracia también se empobrece”, expresó, y llamó a construir un país donde la discapacidad no sea una barrera y donde ser mujer no implique desigualdad.