El Municipio trabaja en un programa de contención que se basa en "escuchar sin prejuicios"

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Este Programa de Contención para Niños y Adolescentes en Riesgo Social tiene su epicentro en el área de Desarrollo Social de la comuna. Allí, en una de las oficinas de la dependencia municipal, un grupo de jóvenes profesionales se ocupan de “encaminar a los chicos”, como ellos mismos dicen.

El titular de Promoción Social, José María Camaña, explicó que el plan surgió tras el requerimiento de un grupo de chicos del barrio Lavalle que en noviembre le enviaron una nota al intendente, pidiendo  su acompañamiento para salir de su situación problemática.

“Estos muchachos tenían causas penales y tomamos sus propuestas para cambiar su forma de vida y lograr su inclusión en la sociedad. Diseñamos diferentes propuestas que tenían que ver específicamente en la capacitación laboral y la inclusión en el sistema. Desde entonces realizaron algunas tareas en el ámbito público”, explicó Camaña.

La necesidad de contención fue más fuerte y esto obligó al Municipio a generar un programa más integral y una división esencial. Por un lado se atendía la demanda laboral de los mayores, y por otro se recibía a  niños de entre 11 y 17 años, ofreciéndoles alternativas de contención.

“Los más grandes, desde noviembre hasta la fecha, vienen realizando tareas de limpieza de cordón cuneta, refacciones en el Centro Cultural, pintura de edificios públicos y otras cosas. Pensamos llegar hasta fin de año con las tareas”, señaló el funcionario.

Además, se firmó un acuerdo con Educación para estos adolescentes terminen el secundario y junto a Salud se trabaja en la prevención del uso y consumo de sustancias psicoactivas. Además, el Ministerio de Gobierno acompaña el plan con financiamiento y la avocación civil del gremio de la construcción UOCRA coordina el trabajo en campo.

En tanto, para los más chicos el plan no prevé tareas laborales, por el contrario, el objetivo principal es que los pequeños vayan a la escuela, además de participar de varias actividades deportivas y culturales. “Se inscribieron muchos chicos que habían dejado el colegio y ahora nos han demostrado que tiene ganas y empeño para terminar la primaria”, dijo Camaña.

El funcionario señaló que la temática es “compleja” y que se trabaja para “llegar a otros barrios porque ya tenemos pedidos concretos de chicos y adultos”.

“En los barrios los espacios de contención no alcanzan. Los clubes, las iglesias, las juntas vecinales, parece que no alcanzan. Hay que sumar más cosas y eso estamos haciendo”, dijo.

La familia

“En general la familia lo toma bien, pero cuesta mucho trabajar con el vínculo familiar”, indicó Camaña, aunque aclaró que los pocos padres que se acercan “colaboran y nos dan una mano”.

“Generalmente a los padres les cuesta mucho poner límites y controlar la situación de los chicos”, indicó el funcionario municipal.

“Hay que escuchar sin prejuicios”

Andrea Kédak es psicóloga y forma parte activa de este proyecto. “El trabajo es arduo, permanente y con mucha paciencia, generando un espacio de contención y escucha”, dijo.

Aseguró que “si bien hay un patrón general, nosotros analizamos caso por caso con un trabajo arduo con los padres que quieren acompañarnos”.

Por su parte, la psicopedagoga Karina León señaló que la intención del programa es “crear un clima de confianza, de acercamiento y escuchar sin prejuicio” y agregó que “primero buscamos tener la presencia y después acercar herramientas más formales de la profesión de cada uno”.

“A veces lo que pasa es que el chico necesita simplemente que se lo escuche, aunque eso haga que el camino sea más lento. Estos chicos todavía sin niños o adolescentes. A veces se pide una solución inmediata, pero en realidad creo que estaría bueno parar y pensar que pasó que no pudimos prevenir esto”, dijo la profesional.

“A cada chico le vamos buscando la forma de que se sienta cómodo cuando lo escuchamos. Ponemos énfasis explicándole que antes tenían una vida y ahora, con nuestra ayuda, tienen que buscar ellos mismos la solución. Tiene que tener proyectos de vida propios y les decimos que nosotros no estamos todo el día con ellos en el barrio. Eso es el día a día”, señaló.

En tanto, el profesor de Educación Física, José “Cucho” Lencina, destacó que esta problemática “incumbe a toda la comunidad” y entendió que “si hubiera habido un interés anterior por esta problemática, hoy se hubieran evitado muchas cosas”.

Señaló que los chicos “vienen con una problemática física por la mala alimentación o por las sustancias que consumen. Una vez que se interesan, las actividades deportivas son muy demandantes. Cuando encuentran un espacio donde pueden estar tranquilos, en paz y contenido son felices”.

Lencina trabaja en una herramienta muy útil en lo deportivo que es el fútbol callejero. “Es una disciplina que siempre tiene un fuerte significado y las reglas en cada partido las ponen los chicos”.

El profesor explicó que con el deporte “se demuestra que cuando los chicos se involucran en algo lo respetan y son constantes. Les hacemos entender, a través del deporte, que la vida social también tiene reglas y hay que respetarlas”.

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