Murió envenenado un cóndor nacido en la costa

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         Esta oveja había sido envenenada por un poblador con un insecticida (Furacarb 48 F) supuestamente con el objetivo de matar zorros, depredadores de los rebaños ovinos.
         Namuncura era de gran importancia para la comunidad científica, dado que era uno de los primeros nacimientos en la zona, luego de más de 100 años de extinción de la especie en la costa atlántica.
         El zoológico de Buenos Aires y la Fundación Bioandina Argentina, promovieron estudios de seguimiento satelital de cóndores en la Patagonia. A través de ello se puede determinar el área de influencia de los ejemplares, así como su ubicación. Esto permitió hallar a Namuncura y demostrar que la práctica ilegal de utilización de cebos tóxicos sigue en uso. Esto alertó a las Direcciones de Fauna Silvestre de Río Negro y Chubut.
         “El uso de cebos tóxicos sigue azotando la conservación de la biodiversidad y poniendo en peligro la vida humana. Cuando las cenizas volcánicas, la desertificación, el abandono de los campos ponen en jaque la ganadería, la educación es nuestra mejor herramienta para evitar que el uso de cebos tóxicos se convierta en una salida desesperada”, señaló un escrito en conjunto de los organismos señalados.
         “Algunos pobladores rurales, en forma ilegal, utilizan cebos tóxicos para intentar acabar con pumas y zorros. No sólo colocan veneno en los animales que encuentran muertos, sino que a veces incluso sacrifican algún ejemplar de su rebaño para envenenarlo y lo dejan tirado, a la espera que caiga algún predador. Si se les pregunta cuánto hace que usan veneno, la respuesta suele ser: desde hace mucho tiempo. Y si se les pregunta, si hay más o menos predadores, la respuesta siempre es afirmativa: cada vez hay más zorros y pumas. Es evidente que el método no funciona”, agrega.
         “El uso ilegal de cebos tóxicos, no solo se encuentra prohibido por Ley, sino que su utilización es punible de sanciones. Sin embargo, esta peligrosa práctica sigue cobrando víctimas y alterando el delicado equilibrio ecológico en nuestro país, convirtiéndose en una amenaza para la salud humana y la conservación de la vida silvestre”, agrega.
         “Cuando se aplica una droga tóxica, como puede ser el caso de la estricnina, se ponen muchas cosas en peligro. Lo primero es la vida humana, ya que su inadecuada manipulación puede causar la muerte. También las fuentes de agua potable pueden ser contaminadas afectando gravemente la vida acuática. Es decir, que no solo se altera la conservación de grandes carnívoros, sino que toda una cadena de carroñeros, especies que se alimentan de animales muertos, resultan víctimas del veneno y de esta forma, desaparecen beneficiosas especies que libran los campos de posibles focos de infección”, señala luego.
         “Si bien las leyes son claras,  la inmensidad y aislamiento de los establecimientos rurales, hace muy difícil, en la práctica, su control. Además, hoy se ve agudizado este problema por el empleo de agroquímicos y pesticidas utilizados como cebos tóxicos. Estos resultan muchísimo más letales, económicos y de más fácil acceso, en relación a drogas como la estricnina, cuya venta esta prohibida”, indica.

Consultas

Desde la Dirección de Fauna del Ministerio de Producción se recuerdan los números de contacto ante consultas:

Río Negro: Med. Vet. Federico Hollmann – Tec. Agr. Pablo Giovine,  fhollmann@produccion.rionegro.gov.ar o pgiovine@produccion.rionegro.gov.ar  Te: 02920 430549.

Fundación Bioandina Argentina: Lic. N. Luis Jácome, sairi@sion.com, te: 011 40119916.

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