El estado del centro de salud del barrio San Martín es deplorable

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Los trabajadores de la institución plantean desde hace tiempo su preocupación y ya han elevado notas al hospital Artémides Zatti para que se les de solución, pero no ha habido respuestas favorables.

La doctora Gabriela Perotti forma parte del equipo de trabajo del centro de salud. Aseguró que hace 11 años que se están pidiendo arreglos. “En algún momento hubo cambios que se hicieron por intermedio de la junta vecinal”, recordó, aclarando que "eso ocurrió hace años".

“La última promesa de las nuevas autoridades fue que cuando terminaran las obras en el centro de salud del barrio Guido seguían con este barrio. Las obras ya terminaron y no pasó nada”, aseguró Perotti a La Palabra.

“Tenemos problemas históricos en los calefactores”, dijo la doctora y remarcó que “la salud no es solo la ausencia de enfermedades, sino el completo bienestar. Y eso tiene que ver con trabajar en condiciones dignas y venir a un centro de salud con calidad y calidez”.

En tanto, se planteó una seria preocupación por una construcción contigua que está sin terminar y sirve de refugio para jóvenes que diariamente se juntan de noche para beber alcohol y, en algunos casos, consumir drogas.

Afortunadamente, la cooperadora del hospital Zatti ha comprometido su acompañamiento. La institución, siempre solidaria, prometió tratar de recaudar fondos para comprar chapas que se usarán para cerrar ese espacio definitivamente.

“Nosotros optamos por mirar para adelante. Esperamos tener una respuesta seria, cierta y confiable”, dijo Perotti.

Seguir trabajando

A pesar de todos estos inconvenientes, que afectan el normal funcionamiento del lugar, los trabajadores siguen hacia delante, proponiendo nuevos programas y armando esquemas de trabajo.

Así fue como surgieron las charlas sobre hábitos de salud organizadas por el equipo del centro y ofrecidas por la nutricionista Gabriel Fernández.

“Se trata de una jornada de ensaladas. Esto tiene algo que ver con una nueva forma de auto y mutuo cuidado. Esta dirigida a la gente que viene a las consultas y tratando de instalar nuevas formas de comer”, explicó Perotti.

Señaló que la iniciativa surgió ante los resultados de los  controles periódicos que se realizan a los pacientes en donde se ha detectado un alto índice de enfermedades crónicas no transmisibles como hipertensión, diabetes, malnutrición, anemias y trastornos metabólicos.

Este año el equipo incorporó a una nutricionista y se conformó el espacio de construcción de ensaladas. “Esto no es solamente lechuga y tomate. Tenemos comidas llamativas en color, en calidad y en contenido nutricional”, explicó la doctora.

La actividad consiste en una charla sobre hábitos saludables. La idea es enseñar a usar condimentos de otra manera o condimentos no tradicionales y hacer un buen uso del sodio y de los aceites.

Luego, los pacientes pasan a la cocina, arman su propia ensalada y se la llevan a su casa. “El hábito de la comida rápida es el gran problema, buscamos aumentar el consumo de agua y otros alimentos”, dijo Perotti.

La nutricionista Gabriel Fernández señaló, por su parte, que se fortalece la enseñanza “sobre el uso de vegetales crudos y cocidos, buscando preparaciones diferentes con buen sabor, condimentos aromáticos y con una buena presentación para ayudar al consumo entre los chicos y los jóvenes”.

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