El jardín se encuentra a dos cuadras de la escuela primaria 309 que hace algunos días también fue blanco de la inseguridad. En esa oportunidad, los docentes y directivos de la institución reclamaron mayor presencia en la Casa de Gobierno, donde fueron recibidos por autoridades.

Como en aquel caso, ahora en el Jardín, los trabajadores decidieron suspender la actividad hasta que se implemente una medida que ofrezca mayor seguridad. Piden la presencia de un policía en el lugar.

También como en aquella ocasión, otra vez una docente fue víctima de jóvenes delincuentes que mantiene al barrio aterrorizado. “Es un grupo de 10 o 12 chicos, la mayoría de la calle 10, que hacen lo que quieren”, dijo Lorena, una de las madres a LA PALABRA.

“Estos chicos entran armados al jardín, rompen autos y amenazan a las maestras”, señaló. En general, los padres indicaron que desde un mes se viven situaciones conflictivas en ese sector.

“Llevamos a nuestros niños y tratamos de tener precaución, pero ni dentro de la institución se puede tener seguridad”, reclamaron.

Los padres solicitaron dialogar con algún juez que pudiera darles una solución. “Cuando ocurrió el robo los chicos estaban saliendo de la escuela. Tuvieron que ver todo eso. Los pibes robaron a la maestra y se fueron tirando tiros al aire”, acotó una madre.

Acompañando a directivos y docentes, los padres mantuvieron en las últimas horas una serie de reuniones con autoridades policiales y educativas. “La policía nos dio su apoyo y dijeron que tratarán de colaborar, pero vemos que en Educación no hay apoyo”, dijo Lorena.

La madre aseguró que en ocasiones anteriores se ha pedido la presencia de un policía, pero desde Educación “dicen que un policía en la escuela podría afectar la psicología de los nenes”.

“¿Eso los afectaría más que la presencia de un pibe de 12 o 13 años con un arma en el jardín?”, se preguntó.

Dijo que todos los vecinos “tienen miedo” y agregó: “Nosotros también tenemos miedo, pero por eso no nos quedamos con los brazos cruzados. Mientras más seamos mejor respuesta vamos a tener”.

“Las docentes tienen miedo. Los chicos viven con miedo. Te preguntan por qué pasan estas cosas. Nosotros salimos a comprar a la tarde y nos encerramos en casa. Los chicos no pueden ni salir a jugar en el patio”, dijo, preocupada, otra de las madres.