El acto fue presidido por el presidente del Concejo Deliberante, José Luis Foulkes, y la Delegada en la villa, Marcela Elli. Contó con la presencia de la totalidad del gabinete local, el titular de Deportes de la Provincia, Mario Cesarín, el diputado Jorge Cejas, legisladores provinciales y concejales de las distintas bancadas.
También se hicieron presentes vecinos e instituciones de El Cóndor, portando estandartes representativos.
El padre Luis García y el pastor Gustavo Ramos fueron los encargados de la tradicional bendición de las aguas y de los turistas que se acercan a la villa marítima.
José Luis Foulkes en su alocución repasó alguna de las tareas realizadas recientemente en la villa: “la obra de desagües pluviales de la calle 59, la consolidación de la salida alternativa  de la zona de El Faro, el mirador, reconversiones lumínicas por casi 200 mil pesos, mejora de paredones, pintura, espacios verdes, la limpieza de arena, la ornamentación navideña, entre otras”.
También destacó las actividades que “marcarán una agenda de mucha oferta, signada por la gratuidad como venimos sosteniendo desde hace muchas temporadas todo para mejorar el entorno y hacer más calido y más receptivo el lugar”.
“Como gobierno municipal también aspiramos a que la Provincia pueda mejorar las condiciones de servicios e infraestructura que tenemos con intima relación al turismo en nuestra zona: las bajadas, la ruta, los servicios, son de una necesidad estratégica”, añadió.
Junto a los reclamos de infraestructura, destacó “lo aportado en horas máquina y señalizacion de la ruta y acceso”.
Las flamantes maquinarias municipales, estrenadas en El Cóndor,  y los nuevos equipos de Prefectura también fueron presentados.
El cierre, a todo baile, estuvo a cargo de “Los Salseros de Siempre”, quienes lograron que muchos vecinos se sumen a las danzas al aire libre.
La Banda de la Policía aportó su color a pesar que una intermitente llovizna se hizo presente en la apertura.
Los más pequeños también tuvieron su lugar, con la instalación de inflables en la playa, además de los juegos de madera tradicionales.