Difunden imágenes de las pésimas condiciones laborales de trabajadores rurales

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Luego de que pronunciaran esas palabras, Politis cuenta que lo comenzaron a agredir físicamente mientras intentaban meterlo a una camioneta, todo delante de policías que no sólo no habrían hecho nada para detener esa acción sospechosa, sino que habrían colaborado con el cometido de empleados de seguridad de la empresa Trabajo Argentino S.A.

La situación supone una continuidad entre la hiperexplotación de los trabajadores del campo de la zona y la protección que ampara a este tipo de acción empresarial.

“Yo había llegado a Río Negro con el equipo de filmación de la película Choel, en la que trabaja Leonardo Sbaraglia, y acá me enteré de la situación que había vivido Daniel Solano y me propuse hacer un documental sobre el tema –cuenta Politis a plazademayo.com mientras un auto, con custodia provista por el ministerio de Seguridad, lo traslada hacia el aeropuerto de Bahía Blanca, desde donde regresará a Buenos Aires–. Los trabajadores rurales de la zona viven en una situación total de explotación, les pagan mucho menos de lo que les deberían pagar. El otro día me dijeron que justo estaban pagando las quincenas en Lamarque, a 14 kilómetros de Choele Choel, y hacia allí me dirigí con mi cámara”.

Las imágenes que Politis había registrado muestran el nivel de abuso laboral, que podría tipificarse como trata de personas, que viven los peones rurales de Río Negro. La contundente imagen de las barracas donde viven hacinados los trabajadores son elocuentes. La filmación continuaba en el momento en que se les pagaba los salarios. “En un momento me vi rodeado de varias personas de la empresa que empezaron a agredirme físicamente e intentaron meterme a una camioneta –continúa Politis con su relato–. A pesar de que había apagado la cámara, tengo grabado el audio del momento. Al ver lo que me sucedía, los peones que estaban esperando para cobrar empezaron a decirle a la gente: ‘No lo golpeen’, ‘Cómo van a hacer eso’, ‘Déjenlo, es un ser humano’. Eran como cincuenta trabajadores. Entonces pude correr e irme del lugar”.

Politis volvió a Choele Choel y se refugió en la parroquia del padre Cristian Bonín hasta que pudo conseguir garantías, que había solicitado, para poder regresar a Buenos Aires. “Lo conocí desde que se quedó en el pueblo luego de la filmación de la película en la que participaba –recuerda el padre Bonín–. Tengo el mejor concepto de Politis. Se interesó mucho en el caso Solano y colaboró con sus parientes y el abogado para filmar un documental para que se conozca esa situación. Desde lo que pasó a Solano la gente ha empezado a hablar. Esperemos que esta etapa sirva para que los funcionarios y empresarios se sensibilicen para que acabe esta red de corrupción”.
La agresión a Pablo Politis muestra que la hiperexplotación a los obreros del campo en la Patagonia persiste y que los empresarios recurren a todos los métodos para que no se conozca esta situación.

FUENTE: Plazademayo.com

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