La euforia, el optimismo y otras sensaciones agradables se veían este domingo por la noche del lado de un sector del radicalismo, una parte no muy grande de la UCR. La mayoría de los nombres fuertes de este partido ven con cierto recelo el surgimiento de una nueva figura que quizás, en el mediano plazo, pretenda extender sus redes fuera de Viedma. Y los resultados lo avalan (dos elecciones, dos triunfos). Solamente podrá hacerle sombra otro radical en caso de tener un buen papel en las legislativas de octubre.
Pero José Luis Foulkes irá de a poco, lentamente, como es su estilo. Más allá de que ahora descubrió que es posible avanzar e ir por más, que lo gente lo sigue. Si su mente se mantiene fría y su entorno lo acompaña irá hacia delante con un transitar seguro y fuerte.
¿Falló el piloto o el quipo?
Del lado del oficialismo provincial sucede todo lo contrario. Es lógico, las derrotas duelen, más si se tiene el poder y el dinero para llegar primeros a la bandera a cuadros. Pero aquí no falló el piloto, sino el equipo que no lo dejó conducir como él quería.
Realmente conmovía ayer la desazón de Mario Sabbatella, un buen tipo, un buen vecino, halagado hasta por los adversarios, pero –quizás- como dijo Juan José Tealdi, en el proyecto equivocado.
“No quiero provincializar ni nacionalizar esta campaña”, le dijo el viedmense a sus allegados ni bien comenzó todo, a mediados de enero. “Hay que hacer foco en lo municipal”, agregó. Pero no pudo. El justicialismo, principalmente Miguel Pichetto, lo tomó del brazo y lo hizo desfilar por cuanta oficina nacional pudo. Foto aquí, foto allá, respaldo de éste, respaldo de aquel. “Sólo le falta la bendición del Papa Francisco”, bromeaba la gente. Era un sarcasmo, pero pintaba de cuerpo entero que retratarse con todo el kirchnerismo no era garantía de triunfo.
La situación provincial tampoco lo ayudó, aunque quizás no haya sido el motivo principal de la derrota. De hecho obtuvo casi 15 puntos más que en el 2011. Por lo menos hasta mediados del año pasado la ‘bronca de Viedma’, particularmente del sector estatal, era mucha. Sin embargo las quejas y los reclamos dejaron de escucharse con volúmenes tan fuertes. Puede ser por una mejoría en las condiciones laborales y económicas o por simple acostumbramiento, pero la disconformidad mermó. Aunque ello no implique conformidad total, ni mucho menos.
“Te traicionaron”
En Mario Sabbatella se veía anoche tristeza y desilusión.
En los afiliados había mucha bronca. “Te cagaron, te traicionaron”, le gritaban en la Unidad Básica luego de conocerse la derrota, con relación a los principales dirigentes del PJ.
El mismo candidato fue quien salió en defensa de sus ‘jefes’ al decir que recibió todo el acompañamiento de la Provincia y la Nación.
Pero las bases peronistas viedmenses siguieron expresando su ira con gritos e insultos, incluso -se dijo- con alguna que otra agresión física que no pasó a mayores.
Ante esta situación no hay que olvidar el reclamo de varias organizaciones del PJ local que hace un año comenzaron a levantar la voz porque ellos habían ‘caminado’ todos los barrios de Viedma para llevar a Soria al gobierno y luego se sintieron desplazados.
El futuro
Euforia en el radicalismo, tristeza en el candidato, enojo en las bases peronistas y preocupación en el futuro son las sensaciones que quedaron. Ésta última se hace carne particularmente en Miguel Pichetto.
Durante toda la campaña municipal fue ambivalente y erró el discurso. Cayeron muy mal sus críticas al fallecido Jorge Ferreira en un acto realizado en el Hotel Austral, especialmente por inoportunas y porque nunca las había hecho con el ex intendente en vida. Para colmo se le sumaron varios días después algunos intendentes del PJ. ¿Habrá sido casualidad que no se sumó a ellos Martín Soria?
Por otra parte, Pichetto se encargó de repetir hasta el cansancio que no había que nacionalizar la elección, pero ‘paseó’ a Sabbatella por toda ‘la Nación. Otra vez se equivocó al colocar al candidato en un sitio privilegiado en la inauguración de la sede Viedma de la Universidad de Río Negro, relegando a los otros postulantes a la intendencia y al Jefe comunal en ejercicio, Miguel Cardella.
Herido
En el deporte no es bueno afrontar una competición habiendo perdido la anterior y teniendo mejor equipo, mayores condiciones.
Tras el traspié de ayer Pichetto tendrá que sortear una interna (seguro que no tendrá inconvenientes para ello), pero el plato fuerte serán las legislativas de octubre. Él encabezará la lista y renovará su banca fácilmente, pero no dejará de pensar en que tendrá que revalidar el último resultado en un comicio similar, en el 2011, cuando el FpV ingresó sus tres candidatos a la Cámara de Diputados.
Aunque no sea por su futuro personal, Pichetto tiene motivos para estar preocupado. El traspié de ayer lo dejó herido.
24 diciembre 2024
Viedma