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La disposición está sustentada en primer término en la necesidad de evitar incidentes, ya que la arena está muy mojada y existe la probabilidad concreta que los vehículos se encajen. Por otra parte, también se procura evitar roturas mayores en el sector enripiado.

La reunión de gabinete en El Cóndor fue encabezada por el intendente José Luis Foulkes y participaron también integrantes de la Policía, de los Bomberos y de la junta vecinal. Todas las instituciones coincidieron en la importancia de la conducta individual de los turistas y residentes ante esta situación de emergencia, sobre todo para que no ingresen a las playas con vehículos.

Además, se dio aviso a prestadores, hoteleros, gastronómicos y supermercados para que estén al tanto de la situación.

El cierre de las playas es momentáneo y la situación se irá evaluando con el correr de las horas. Para la noche se espera una marea más alta, pero sin tanta incidencia del viento. Si se normaliza la situación, se irán habilitando los ingresos. También se prevén operativos de emergencia cuando las maquinarias puedan ingresar a la playa.

Además del cierre, se obturaron los desagües pluviales, tal como se hace en Viedma, para evitar que el agua revierta hacia la vía pública.

También se evaluó solicitar ayuda del gobierno provincial para la emergencia, con el propósito de restablecer cuanto antes los servicios.

El agua de mar llegó hasta lugares poco habituales, como el escenario permanente. La bajada de El Faro y el enripiado de los ingresos a todas las playas quedaron muy deteriorados.

Ante la repetición de este comportamiento marítimo sobre las costas, el Municipio había pedido hace unos meses un estudio a las universidades que permitirá optimizar la inversión pública y decidir sobre las bajadas.