Recientemente, a través de los medios de comunicación se tomó conocimiento que el IDEVI iniciará un sondeo sobre los costos expuestos en la Feria Municipal de esta capital, como consecuencia de que los precios de comercialización no se condicen con la realidad.
Según lo publicado, el presidente interino del Instituto, Héctor Colás, adelantó que "trataremos de intervenir, ya que hemos visto que los listados (de frutas y verduras) de los feriantes tienen como referencia valores que fija una cadena de supermercados".
Consideró, con claro criterio, que esta realidad es inviable dado que los fines para los que fue creado ese centro de abastecimiento "quedaron distorsionados", en virtud de que no debe existir intermediación. A su entender el objetivo de funcionamiento era que los productos "debían venir del productor al consumidor".
Colás consignó que, por lo que se pudo averiguar, existen notorias diferencias alcistas ya que algunos productos son comprados por los feriantes a mayoristas que los transportan desde el Mercado Central de Buenos Aires.
Que no se desvirtúe el objetivo
Habilitada para dar salida directa al público de la producción del valle inferior, en su origen la iniciativa de crear la Feria Municipal recibió generalizado apoyo, inclusive de parte de la Cámara de Comercio. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo ese objetivo se fue desvirtuando, tanto que en la actualidad no sólo se comercializa lo que procede del esfuerzo de los productores locales, sino de otros lugares, inclusive distantes, y, aún más, que no se cultivan en nuestra zona, y que, como lo indican las autoridades del IDEVI, provienen del Mercado Central de Buenos Aires.
Otro factor a mencionar es que se comercializan productos de otra índole, al margen de frutas y verduras, como prendas de vestir, por citar el más notorio, renglón en el que se ha llegado a contar más de veinte puestos de venta, deduciéndose que provienen de las “Saladas” .
Es así que se altera la finalidad de la Feria y, además, se compite deslealmente con comercios que trabajan ajustándose a normas vigentes y abonando altos impuestos, tasas y gravámenes, de los que están exentos los feriantes.
Esa situación es la que desde hace tiempo viene planteando la Cámara de Comercio, sin hasta el momento haya logrado ser escuchada.
Evitar que nos alcance la ilegalidad
Si bien ya hay situaciones que preocupan, Viedma está todavía exenta del flagelo de las “Saladas”, pero no debemos descuidarnos ni abrirles ninguna puerta de entrada. No queremos que nos ocurra lo que está pasando en muchos otros lugares en el país.
El último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indica que existen más de 522 ferias de ese tipo en 111 ciudades, donde se encontraron 51.869 vendedores ilegales que comercializan productos de dudosa procedencia, de contrabando o piratería, no solo perjudicando a los comercios ante la competencia desleal por los costos que tributan, sino fomentando la proliferación de talleres clandestinos con personal esclavizado y el aumento del trabajo informal. Ese relevamiento tuvo repercusión internacional, censurándose la falta de acción de las autoridades por controlar esa situación.
21 enero 2025
Viedma