Fue una generación que soñaba con la posibilidad de construir un país en el que la libertad, el compromiso y la militancia se transformaran en la base de una sociedad justa y solidaria. Principios que fundamentan la defensa de la educación popular, laica, gratuita, democrática y pública.
Luego vinieron los tiempos de la dictadura, la persecución y la muerte, de reuniones clandestinas, tratando de mantenerse en pie, no fueron fáciles esos años, pero apenas comenzó a despuntar la posibilidad de la democracia, compañeras y compañeros se reorganizaron. Con vocación de diálogo y solidaridad fue posible recuperar espacios y consolidar el sindicato.
El 1 de septiembre de 1982, se comenzó un nuevo registro de afiliaciones, los primeros datos fueron proporcionados por la Seccional Villa Regina. Para 1983 las afiliaciones sumaron a 4781 compañeras y compañeros, hoy superamos los 14.000 protagonistas del crecimiento de la UnTER en lo social y sindical.
Sin dudas, la historia de la organización esta íntimamente ligada a la historia de la provincia y del país nada nos fue ajeno, fuimos y somos parte de una sociedad atravesada por sus propias contradicciones, mientras condenamos a los genocidas presenciamos el fusilamiento de militantes sociales, de un maestro y de nuestros pibes en manos de una policía que se formó bajo el ala de los represores.
Recordamos a Darío Santillan y Maximiliano Kosteki, asesinados en el Puente Pueyrredón en el 2002, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde y Carlos Soria a cargo de la SIDE como responsables políticos, ninguno fue juzgado. En otro junio nefasto, nos dolieron las muertes de Diego Bonefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas en Bariloche, mucho más porque sus asesinos siguen transitando las mismas calles.
Repudiamos la impunidad avalada por la Justicia que libera a Jorge Sobisch, responsable ideológico del asesinato del compañero Carlos Fuentealba, recientemente sobreseído en la causa por la zona liberada en Plaza Huincul.
Justicia injusta que a una orilla del rio, niega el habeas corpus para Sergio Avalos, y en la otrapersigue a militantes sociales. Justicia que rechaza argumentos políticos en las presentaciones de las víctimas pero hacen política con sus fallos a favor de los victimarios.
Durante cuatro décadas hemos sufrido los embates de un modelo económico que excluye a las clases populares, que engorda al imperio y hambrea a los pueblos, que permite a individuos sin escrúpulos, poner en riesgo el destino de las naciones, hoy los buitres sobrevuelan Argentina amenazando profundizar la crisis.
Pero, la rapiña no es solo extranjera, se sostiene con el aval de funcionarios y políticos trasformados en ejecutores que priorizan la renta financiera a la vida. Claro ejemplo de ello es lo que padece la comunidad de Allen viendo desaparecer sus chacras y el agua en los pozos delfracking, o el silencio que impera en Catriel ante el avance de la contaminación petrolera que enferma y mata.
El gobernador cuestiona a quienes nos oponemos, tildándonos de enemigos de la provincia. Le advertimos que seguiremos oponiéndonos a estas medidas, acordamos con Jauretche, “si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende”, y es nuestra obligación combatir a los dos, en defensa propia y de las futuras generaciones.
Cuatro décadas de historia, de militancias comprometidas con el otro que enorgullecen y de traiciones que indignan, repudiamos a quienes alguna vez se llamaron compañeros y que ahora muestran su verdadera matriz autoritaria. Vimos como un Secretario General decidió colocarse en la vereda de enfrente y hoy permite la persecución a trabajadores, trabajadoras y comunidades que se atreven a cuestionar y denunciar la inoperancia gubernamental.
Vimos como se fue Marcelo Mango y como lo siguieron José Luis Martínez y Adrián Carrizo, ahora obsecuentes del poder, avalan con su firma y sus acciones resoluciones que atentan contra reivindicaciones laborales que nos costaron años de lucha sindical.
Cuatro décadas en las que la disputa cultural es otro frente de batalla, descolonizando pensamientos, poniendo en debate todo, desnaturalizando lo dado, recuperando la palabra. Celebramos el año nuevo de los pueblos del sur, porque somos el sur, heredamos el coraje de quienes nunca se resignaron a ser sometidos, y la paciencia de quien nunca se rinde.
Trabajadores y trabajadoras de la Educación reunidos en el 305º Congreso de UnTER, continuamos la lucha iniciada en 1974, por la utopía de una sociedad con justicia social, levantamos las mismas banderas, los mismos principios, los mismos sueños, porque como dice Galeano, la “utopía sirve para caminar” , en eso estamos, es nuestra identidad y nuestro destino.
FUENTE: Prensa UnTER
29 noviembre 2024
Gremiales