Ante los proyectos de reducción de la jornada laboral
propuestos en el Congreso, el Secretario Adjunto de ATE Nacional, Rodolfo
Aguiar, coincidió “plenamente con la idea de modificar un régimen que ya tiene
108 años de antigüedad”, pero aseguró que “este es un debate que debe también
ampliarse al sector público".
“El hecho que en el Estado los vínculos laborales se
rijan por otra normativa, no impide visualizar las consecuencias positivas que
se derivarían a partir de reducir la jornada laboral actual", indicó el
dirigente. Para la administración pública nacional rige el convenio colectivo
214/06, el cual establece 180 horas mensuales como base para sus trabajadores y
120 en casos especiales.
Actualmente hay 4,5 millones de personas en calidad de
sobreocupados, es decir que trabajan más de 45 horas a la semana, según detalló
un informe de Claudio Lozano para el Instituto de Pensamiento y Políticas
Públicas (IPyPP). "Esta medida permitiría bajar los altísimos niveles de
precarización laboral que existen tanto en la administración pública nacional
como en la mayoría de las provincias y en los 2.300 municipios del país",
sostuvo el adjunto estatal.
"El Estado no es una empresa y por lo tanto no está
obligado a generar ganancias o utilidades. En medio de la crisis puede y debe
aportar a la generación de nuevos puestos de empleo en todo el país",
opinó Aguiar. A pesar que existen dos proyectos de ley en el Congreso para
tratar el tema, desde el Ejecutivo consideran que aún no es posible implementar
una reducción de la jornada. En tanto, el conductor de UPCN, Andrés Rodríguez,
indicó desde la cúpula de la CGT que no es necesaria esta implementación y que,
por el contrario, los trabajadores deben aumentar la producción.
Por su parte, el referente de ATE indicó: "Una
jornada con menos horas laborables y más salario también pondría fin a los
abusos o autoexplotación de algunos sectores como el de salud que, para lograr
un piso de ingresos digno, deben duplicar y hasta triplicar sus jornadas con
las denominadas horas o guardias extras". El informe del IPyPP también
demostró que la sobrejornada laboral no garantiza aumentos significativos de
salarios, ya que para ganar apenas un 4% por encima del promedio, los trabajadores deben incrementar más del
40% el tiempo de trabajo.
Aguiar consideró que "una reformulación de la
jornada laboral se traduciría sin dudas en servicios o prestaciones públicas de
mayor eficiencia y calidad, además de bajar los altos índices de enfermedad en
los trabajadores". El informe demostró que si se hiciera efectivo el
control de la jornada laboral vigente, podrían liberarse 1,6 millones de
puestos y se resolvería el 80% de la desocupación. Esto surge de traducir en
empleo las 14,8 horas excedentes de cada uno de los 4,5 millones de
sobreocupados, según el documento.
19 noviembre 2024
Gremiales