Un hombre que vive en Chile participó de manera virtual en un proceso de mediación en el que alcanzó un acuerdo con la madre de su hijo para cumplir con el pago de alimentos del niño de 11 años.

El trámite se inició en julio cuando, la mamá de un niño de 11 años inició un reclamo alimentario contra la abuela paterna dado que el padre del niño vivía en Chile y no cumplía con tal obligación.

Luego de un primer encuentro entre la mujer y la abuela en el inicio del proceso de mediación, el progenitor -residente en Chile- decidió participar con la autorización de la mamá del niño. A los fines de incorporarlo en este proceso para que pueda asumir sus responsabilidades como progenitor, la defensora se puso en contacto con el hombre para que pueda ingresar a la defensa pública.

"A principios de este mes, finalmente se hizo un acuerdo alimentario con el papá para que asuma la obligación que le corresponde respecto a las necesidades materiales del niño" expresó la defensora. Agregó que se comprometió a transferir a la abuela paterna que reside en Bariloche, un monto de dinero mensual para hacer frente a las obligaciones para con su hijo.

Asimismo expresó su voluntad de cubrir los gastos de ropa y útiles desde marzo del año que viene, cuando se inicia el ciclo escolar, aprovechando la diferencia del cambio de moneda entre ambos países.

“El resultado exitoso de esta mediación se centra en primer lugar, en la agilidad con que las partes resolvieron su conflicto, y en el abaratamiento de los costos para quien reclama los alimentos y para quien debe pagarlos, pues iniciar un reclamo de estas características a una persona domiciliada en un país extranjero exige que la notificación de la demanda se realice por exhorto internacional” explicó la defensora.

“Y por otro lado el proceso de mediación evita el desgaste de las relaciones familiares, principalmente el vínculo con la abuela que reside en Bariloche. Todas las personas que participamos de esta mediación trabajamos de manera colaborativa para hacer efectivos los derechos de un niño de 11 años, lo que pone en evidencia la efectividad de este método de resolución de conflictos”, agregó.