En un fallo reciente, una jueza de Familia de Cipolletti
reconoció la filiación post mortem de un niño cuyo padre murió repentinamente
durante la pandemia. La decisión se basó en una prueba de ADN que confirmó una
probabilidad de paternidad superior al 99,9%. La muestra de ADN fue extraída
durante la autopsia realizada tras el fallecimiento, lo que permitió concluir
el proceso de reconocimiento que había quedado pendiente.
La madre del niño, quien estuvo representada por una
defensora oficial, había mantenido una relación esporádica con el hombre, de la
cual nació el bebé. Cuando el niño cumplió un año, una tía paterna notó el
parecido entre su hermano y el niño, lo que impulsó el inicio del proceso de
vinculación. Sin embargo, la situación sanitaria derivada del aislamiento
social, preventivo y obligatorio, dificultó la realización de los trámites necesarios
en el Registro Civil.
A finales de 2020, el hombre falleció de manera inesperada
en su domicilio. La autopsia, realizada para determinar las causas del deceso,
permitió resguardar una muestra de ADN que más tarde fue utilizada en el
proceso judicial. El tribunal aceptó la demanda de filiación presentada por la
madre y ordenó inscribir al niño como hijo del hombre fallecido, respetando la
solicitud de la madre de mantener el apellido materno, con el cual el niño ya
era conocido socialmente.
Este caso subraya la importancia del uso de muestras de ADN
en procesos judiciales de filiación y otras áreas. Durante el último año, el
Cuerpo de Investigación Forense del Poder Judicial realizó 1.102 pruebas de ADN
y 193 autopsias, entre otras intervenciones. Este cuerpo, compuesto por
profesionales en medicina forense, psicología, psiquiatría, y otras
especialidades, registró un crecimiento sostenido en la cantidad de prácticas
realizadas, alcanzando un promedio de ocho mil anuales en todo el ámbito
judicial de la provincia.
24 noviembre 2024
Judiciales