19 septiembre 2011 Judiciales Comentar
Todo comenzó el viernes cuando, tras sufrir un asalto a mano armada, una mujer cortó la calle reclamando seguridad. Algunas familias se sumaron lentamente a la protesta, apoyando a la mujer. Mientras, las personas presuntamente involucradas en este delito insultaban y amenazaban a cuanta persona circulaba por la vereda.

El juez de instrucción Guillermo Bustamante determinó una custodia especial de la policía para estas familias que encabezaron la protesta y ordenó una serie de allanamientos que terminaron con la detención de un hombre mayor de edad -de apellido Rolón- y la internación de un menor en el Hogar Pagano.

“Muchas veces el resultado de las causas no dependen solo de las pericias de la Policía, sino de la actitud de la ciudadanía”, dijo el comisario.

El oficial entendió que la gente tiene mucho temor y no hace la denuncia cuando ve o sufre un delito porque “de acuerdo a la legislación que tenemos en la Argentina, a las pocas horas el delincuente, por ser menor de edad, recupera la libertad y se lo vuelve a encontrar en el barrio”.

“En este barrio tenemos jóvenes en conflicto con la Ley y siempre se repiten los nombres de las personas vinculadas con los delitos. En algunos casos el vecino es reticente a prestar un testimonio”, señaló Roggeri.

Explicó que el vecino que presta su declaración “tiene una protección a nivel judicial, prevista por el Código, para poder declarar con cierta reserva de identidad”, pero aclaró que esta decisión esta en manos de la Justicia y no de la policía.

“No son mucho los casos de reserva de identidad”, dijo y volvió a objetar la legislación nacional que “establece la oralidad del juicio y las partes siempre se terminan encontrando cara a cara”, señaló.

“Tiene que haber una unión entre los vecinos y no ser apáticos. Si los vecinos se ponen de acuerdo y trabajan junto a la Policía entonces serían muchos los que están en contra de estos 10 o 12 jóvenes que comenten desmanes”, reflexionó el oficial.

Confirmó la decisión de trasladar a 12 agentes de las unidades policiales de San Javier y El Cóndor para reforzar la custodia del barrio Ceferino, aunque pidió a los vecinos que “pongan su granito de arena”.

“Esto es parte de la concientización del ciudadano y de cómo hacerle frente a estos hechos. En este caso que afecto a esta señora (en el barrio Ceferino) nos encontramos con vecinos que vieron la situación y prestaron su declaración”, agregó el comisario, pero cuestionó que estos mismos vecinos “no fueron a la sede policial a contar que fueron amenazados”.

“No alcanza con contarle lo que pasó a los efectivos que estaba allí parados. Si queda en un mero comentario, la situación es más difícil para todos y el juez tiene menos cosas para actuar”, señaló.