Marcia, en comunicación con el delitómetro en FM de la Costa contó que “llamé a las 20.55 a un taxi de mi casa. A las 21 me bajo a trabajar a la garita como todas las noches y a los 10 minutos me para un cliente, chofer de la empresa el 28 mil, en un Fiat 1. No me acuerdo el número de móvil, pero el cliente es habitual de la zona, porque debe salir una vez por mes con cada una de las chicas, porque lo conocen todas”, refirió la trabajadora sexual.

Refirió que se fue con el taxista a hacer el servicio. “Después de atenderlo todo me bajo del auto para cambiarme y me empujó, me hizo caer y aceleró con las puertas del auto abiertas y se llevó todas mis cosas. Mi cartera con preservativos, un celular, las llaves de mi casa y las pinturas nada más”, refirió la trabajadora sexual.

Explicó que unos vecinos del lugar respondieron al pedido de auxilio y la atendieron muy bien, muy amablemente. “Era increíble que un taxista me robara en Viedma, me quisieron ayudar y me dijeron que llame a la policía, pero como estaba nerviosa pedí un taxi para irme a la base de calle Saavedra. Primero me atendieron bien, pero no me quisieron dar ningún dato del hombre, me negaron eso y quien era, me negaron todo”, refirió la mujer destacando que había una chica que trataba de ayudar, pero que no pudo hacer nada.

El hecho ocurrió en la garita que se encuentra al lado de la Universidad del Comahue. Marcia dijo que si no le devuelve el teléfono celular, porque ahí tiene su cartera de clientes y se encuentra imposibilitada de realizar los contactos telefónicos.

También argumentó que la policía les secuestro varias cosas que estaban tiradas a pocos metros del lugar donde el taxista la agredió, pero que no fueron tomadas las reservas del caso para preservar las huellas dactilares que podía llegar a tener.