No podemos dejar de repudiar el hecho de que el vertiginoso aumento de 400 millones, más que necesario para sostener nuestra educación universitaria, no tenga plasmada su distribución en ningún lado. Esto no sólo implica un manejo discrecional y poco transparente de los fondos públicos, ya que es esperable que vayan a parar sólo a las universidades “amigas”, sino que también viola el derecho de todo ciudadano a saber cómo se distribuye el gasto del Estado.
Si se comparan las metas y la producción bruta del Programa 26 del Ministerio de Educación versión 2012 y 2013, se comprueba que, a pesar de que constituye una violación a lo proyectado por el presupuesto plurianual 2012/2014 y que el monto total destinado a dicho programa aumenta en más del 26%, tanto las denominadas becas para alumnos universitarios de bajos recursos, como las de carreras prioritarias disminuyen en un 47% y un 55% respectivamente. Esto implica que habrá más de 23.800 estudiantes que no podrán acceder a estas, con lo cual su posibilidad de estudiar se verá severamente restringida. Además hay que tener en cuenta, que los postulantes son más, no sólo en virtud del crecimiento de la población, sino también por la apertura de 5 nuevas Universidades, dato que también afecta seriamente la utilización del escaso aumento real en los fondos para estas últimas.
En la otra cara, los recursos destinados al Programa Fútbol para Todos, que estaban proyectados en 698 millones, alcanzaron este año el monto de 1.182, suma radicalmente superior de lo que recibirá en promedio cada Universidad Nacional durante el 2012. Esto se repite también en el caso del rubro Prensa y Difusión de los Actos del Gobierno, que paso de 589 millones de pesos a 872. Cabe aclarar que para el 2013 se presupuestaron 1.201 millones y 753 respectivamente para cada uno, lo que implica un alza de más del 70% en el caso del primero y 27% en el segundo. Y esto en el mejor panorama, que es que no se sobre ejecuten los montos llevados por el oficialismo al Congreso como sucedió este año.
Para concluir podemos afirmar que este es un presupuesto mentiroso: no reconoce la inflación real, hay partidas de las cuales la distribución no está determinada a priori y el nivel total de gasto agregado del sector público está severamente subestimado. La hipocresía K esta a la vista: mientras este año gastamos 3,24 millones diarios en Fútbol para todos, 10,53 en Aerolíneas y 42,95 en AR-SAT, el presupuesto 2013 fija un monto diario de 38,63 para la Asignación universal por Hijo, 1,77 para seguro de desempleo y 0,29 para mejoramiento de la calidad educativa. A la vista está que las prioridades del gobierno no son la EDUCACIÓN, la SALUD, el TRABAJO y la INCLUSIÓN como ellos afirman, sino la prensa de sus actos, el Fútbol televisado y Aerolíneas.
Mesa Franja Morada Viedma
14 enero 2017
Cartas de Lectores