Esa emoción sorpresiva no tocó a los senadores ni diputados kischneristas que ningunearon un cuarto intermedio pedido por los de otros Partidos para ser testigos de las transmisiones de ese momento histórico mundial, aunque no profesen esa o ninguna Fe. Recién se animaron cuando bastante tarde se conoció una carta fría y formal de la Sra. Presidente de todos y todas los argentinos. También de los que como yo no la queremos. Tan fría y formal como una nota congratulando al titular de un consorcio inmobiliario (R. Kirschbaum Diario Clarín 15/3).
Para completarla, a la tardecita en un acto en Avellaneda, sus adulones profirieron insultos contra nuestro PAPA y ella en vez de pararlos los fogoneó y lanzó indirectas hirientes. Más tarde otros de los de ella, profanaron calumnias.
No obstante ese ninguneo FRANCISCO I, el ex pastor argentino BERGOGLIO quien hizo la opción preferencial por los pobres y nunca calló las injusticias sociales, concederá su primera audiencia pública a la Sra. Presidenta de todos y todas los argentinos. Ojala que sepa reconocer ese gesto. Con ello quedará perdonada del pecado capital de SOBERBIA.
Pero como a la pecadora pública del Evangelio de Jesús, que nadie condenó por no estar libre de pecados para tirar la primera piedra (yo tampoco podría hacerlo), vuelva con paz interior y no peque más. Todos y todas los argentinos merecemos el AMOR QUE RECONCILIA. Basta de agravios estériles.
Juan Carlos ROSSO juan.rosso1@speedy.com.ar
14 enero 2017
Cartas de Lectores